Escrito por: Dra. Amalfis Núñez
(sexualidadal dia@gmail.com)
La circuncisión es una intervención quirúrgica que consiste en remover el prepucio en el hombre.
El prepucio es la piel que recubre el glande del pene, por lo que el glande queda al descubierto totalmente. El prepucio y el glande están unidos por el frenillo del pene.
Se practicaba por razones religiosas, culturales, higiene y prevención de infecciones generalmente, muy pocas veces por razones médicas.
Esta cirugía menor se practica desde hace siglos. Por ejemplo, los pueblos nómadas como el pueblo Hebreo, la utilizaban como una forma de mantener la higiene en los hombres, ya que al andar por el desierto, el agua era utilizaba básicamente para tomarla, en vez de para asearse.
En nuestros tiempos, no hay pruebas convincentes de que este procedimiento sea útil o necesario para higienizar el pene de manera óptima, ya que los pediatras instruyen a los padres para asear el pene del niño y retirar el esmegma (secreción sebosa que sirve para lubricar y proteger el prepucio, que no debe acumularse porque provoca olores fuertes e infecciones).
Existen razones médicas para practicarla, como son la fimosis, parafimosis, cuando el frenillo es muy corto y tumoraciones.
En la fimosis y parafimosis, la piel del prepucio es más estrecha que el glande e impide su retracción y el glande queda como ahorcado por el prepucio, en estos casos dificulta o impide la higiene y provoca dolor e inflamación.
En casos de frenillo corto, ocasiona dolor a la erección, desgarramiento y sangrado a la penetración.
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El prepucio es la piel que recubre el glande del pene, por lo que el glande queda al descubierto totalmente. El prepucio y el glande están unidos por el frenillo del pene.
Se practicaba por razones religiosas, culturales, higiene y prevención de infecciones generalmente, muy pocas veces por razones médicas.
Esta cirugía menor se practica desde hace siglos. Por ejemplo, los pueblos nómadas como el pueblo Hebreo, la utilizaban como una forma de mantener la higiene en los hombres, ya que al andar por el desierto, el agua era utilizaba básicamente para tomarla, en vez de para asearse.
En nuestros tiempos, no hay pruebas convincentes de que este procedimiento sea útil o necesario para higienizar el pene de manera óptima, ya que los pediatras instruyen a los padres para asear el pene del niño y retirar el esmegma (secreción sebosa que sirve para lubricar y proteger el prepucio, que no debe acumularse porque provoca olores fuertes e infecciones).
Existen razones médicas para practicarla, como son la fimosis, parafimosis, cuando el frenillo es muy corto y tumoraciones.
En la fimosis y parafimosis, la piel del prepucio es más estrecha que el glande e impide su retracción y el glande queda como ahorcado por el prepucio, en estos casos dificulta o impide la higiene y provoca dolor e inflamación.
En casos de frenillo corto, ocasiona dolor a la erección, desgarramiento y sangrado a la penetración.
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