Molesto. El derecho reveló que se incomodó porque los Rockies le dieron contrato a largo plazo a Troy Tulowitzki y a Carlos González, pero a él lo dejaron “esperando”
Por TRACY RINGOLSBY
Foxsports.com/ GOODYEAR, Ariz. Ubaldo Jiménez se siente fuerte esta primavera. Se siente sano, se siente querido. Eso es una gran diferencia para lo que pasó el año pasado.
Originalmente firmado por los Rockies de Colorado, Jiménez pensaba que nunca lanzaría con otra franquicia. Luego, antes de la temporada pasada, los Rockies firmaron a Troy Tulowitzki y al jardinero Carlos González con contratos a largo plazo. A Jiménez, que fue al Juego de Estrellas en el 2010 cuando lanzó el único no-hitter en la historia de la franquicia, lo pusieron en stand-by.
Nada personal, dijeron los Rockies. Jiménez ya tenía un contrato que, con dos opciones, lo dejaban bajo control del equipo hasta el 2014 así que pensaron que lo mejor era esperar a ver lo que sucedía. Después de todo, era un acuerdo que convenía al equipo.
Muy personal, dijo Jiménez, admitiendo públicamente por primavera vez que llegó a los entrenamientos de primavera de hace un año esperando ser cambiado. Se salió con la suya, pero no hasta el 30 de julio cuando los Indios, que buscaban un brazo para seguir peleando por la División Central, cambiaron a los prospectos Alex White y Drew Pomeranz a los Rockies.
“Leí en los periódicos que los Rockies dijeron que solo iban a firmarlos a ellos dos, que no podían ir por tres”, dijo Jiménez a FoxSports.com. “Yo era el tercer tipo. Firmaron a los dos que iban a firmar y les dieron más años y mejor salario”.
Eso dejó a Jiménez incómodo y así estaba cuando se reportó a los entrenamientos de primavera. Y de ahí en adelante todo se fue al suelo.
Esa primavera sufrió una cortadura en la cutícula de su pulgar derecho, afectando la manera en que agarraba la pelota. Luego se infectó. Y luego se lastimó la ingle, lo que afectó la forma en que se movía en el montículo.
Abrió el Día Inaugural, pero luego se fue a la lista de lesionados por 17 días. Cuando regresó, dijo, no estaba sano, pero quería su turno regular.
“Los primeros dos meses de la temporada traté de lanzar con todo y mis problemas y nunca pudo desarrollar la fuerza en el brazo para la velocidad”, dijo Jiménez, que pasó de tirar por encima de las 97 millas por hora en el 2010 a quedarse alrededor de 91 millas por hora en el 2011.
Después de una marca de 19-8 y 2.88 de efectividad, a pesar de llamar casa al Coors Field, Jiménez tuvo 6-9 y 4.42 de efectividad cuando los Rockies lo cambiaron y solo puso marca de 4-4 y 5.10 de efectividad con los Indios.
“No fue la temporada que sentía debí haber tenido, pero estoy contento de que seguí lanzando”, dijo Jiménez. “No me iban a cambiar si me quedaba en la lista de lesionados. Quería irme de Colorado. Las cosas no estaban funcionando así que me puse contento cuando me cambiaron”.
Ahora, Jiménez quiere asegurarse que los Indios están contentos de haberlo adquirido. El 30 de julio, el día que Jiménez fue adquirido, los Indios tenían marca de 53-51, segundos en la División Central de la Liga Americana a 1.5 juegos de Detroit. Terminaron con 27-31 el resto de la temporada, aun en segundo, pero a 15 juegos de Detroit.
Jiménez no fue suficiente para hacer la diferencia, y dice que no se sentía como él mismo.
“Cuando llegué a Cleveland mi brazo estaba fatigado, pero seguí lanzando”, dijo Jiménez. “Me habían conseguido en un cambio y no iba a decir que no quería lanzar con mi nuevo equipo. Aprecio que me hayan adquirido, yo quería ayudar al equipo pero mi velocidad nunca estuvo 100 por ciento”.
Esta primavera, dijo Jiménez, es diferente. Está sano. Tiene fuerza en su brazo y los Indios han añadido una presencia veterana a la rotación. Con suerte, Jiménez espera volver a ser el lanzador que fue hace dos años.
Por TRACY RINGOLSBY
Ubaldo Jiménez |
Foxsports.com/ GOODYEAR, Ariz. Ubaldo Jiménez se siente fuerte esta primavera. Se siente sano, se siente querido. Eso es una gran diferencia para lo que pasó el año pasado.
Originalmente firmado por los Rockies de Colorado, Jiménez pensaba que nunca lanzaría con otra franquicia. Luego, antes de la temporada pasada, los Rockies firmaron a Troy Tulowitzki y al jardinero Carlos González con contratos a largo plazo. A Jiménez, que fue al Juego de Estrellas en el 2010 cuando lanzó el único no-hitter en la historia de la franquicia, lo pusieron en stand-by.
Nada personal, dijeron los Rockies. Jiménez ya tenía un contrato que, con dos opciones, lo dejaban bajo control del equipo hasta el 2014 así que pensaron que lo mejor era esperar a ver lo que sucedía. Después de todo, era un acuerdo que convenía al equipo.
Muy personal, dijo Jiménez, admitiendo públicamente por primavera vez que llegó a los entrenamientos de primavera de hace un año esperando ser cambiado. Se salió con la suya, pero no hasta el 30 de julio cuando los Indios, que buscaban un brazo para seguir peleando por la División Central, cambiaron a los prospectos Alex White y Drew Pomeranz a los Rockies.
“Leí en los periódicos que los Rockies dijeron que solo iban a firmarlos a ellos dos, que no podían ir por tres”, dijo Jiménez a FoxSports.com. “Yo era el tercer tipo. Firmaron a los dos que iban a firmar y les dieron más años y mejor salario”.
Eso dejó a Jiménez incómodo y así estaba cuando se reportó a los entrenamientos de primavera. Y de ahí en adelante todo se fue al suelo.
Esa primavera sufrió una cortadura en la cutícula de su pulgar derecho, afectando la manera en que agarraba la pelota. Luego se infectó. Y luego se lastimó la ingle, lo que afectó la forma en que se movía en el montículo.
Abrió el Día Inaugural, pero luego se fue a la lista de lesionados por 17 días. Cuando regresó, dijo, no estaba sano, pero quería su turno regular.
“Los primeros dos meses de la temporada traté de lanzar con todo y mis problemas y nunca pudo desarrollar la fuerza en el brazo para la velocidad”, dijo Jiménez, que pasó de tirar por encima de las 97 millas por hora en el 2010 a quedarse alrededor de 91 millas por hora en el 2011.
Después de una marca de 19-8 y 2.88 de efectividad, a pesar de llamar casa al Coors Field, Jiménez tuvo 6-9 y 4.42 de efectividad cuando los Rockies lo cambiaron y solo puso marca de 4-4 y 5.10 de efectividad con los Indios.
“No fue la temporada que sentía debí haber tenido, pero estoy contento de que seguí lanzando”, dijo Jiménez. “No me iban a cambiar si me quedaba en la lista de lesionados. Quería irme de Colorado. Las cosas no estaban funcionando así que me puse contento cuando me cambiaron”.
Ahora, Jiménez quiere asegurarse que los Indios están contentos de haberlo adquirido. El 30 de julio, el día que Jiménez fue adquirido, los Indios tenían marca de 53-51, segundos en la División Central de la Liga Americana a 1.5 juegos de Detroit. Terminaron con 27-31 el resto de la temporada, aun en segundo, pero a 15 juegos de Detroit.
Jiménez no fue suficiente para hacer la diferencia, y dice que no se sentía como él mismo.
“Cuando llegué a Cleveland mi brazo estaba fatigado, pero seguí lanzando”, dijo Jiménez. “Me habían conseguido en un cambio y no iba a decir que no quería lanzar con mi nuevo equipo. Aprecio que me hayan adquirido, yo quería ayudar al equipo pero mi velocidad nunca estuvo 100 por ciento”.
Esta primavera, dijo Jiménez, es diferente. Está sano. Tiene fuerza en su brazo y los Indios han añadido una presencia veterana a la rotación. Con suerte, Jiménez espera volver a ser el lanzador que fue hace dos años.
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