Proeza. El lanzador ha podido desarrollar una carrera decente
Juan Sandoval sabe -mejor que nadie- lo que es estar en el lugar correcto, a la hora correcta. A la par, conoce la otra cara de la moneda, la que el destino le mostró en 2006, cuando el perdigón de una escopeta le dejó sin visión el ojo derecho.
La temporada pasada de la Liga Mexicana de Béisbol, la de su estreno en el circuito, el pitcher dominicano fue cambiado de Diablos Rojos a Tigres, lo que significó un movimiento maestro y acertado para su trayectoria. Con tino, se encontró con el vértice de la fortuna.
Llegó a la organización felina para enfrentar en la Serie del Rey a sus excompañeros y proclamarse campeón de la LMB. Lugar adecuado y hora adecuada.
Sin embargo, en 2006, previo a irse a los campos de entrenamiento de Seattle, se encontró con el vértice del infortunio. En el lugar equivocado, a la hora equivocada, cuando un seguridad tuvo una discusión con alguien que estaba borracho y se le soltó un tiro de escopeta hacia el suelo y regó perdigones, pequeñas partículas que solamente queman, pero que le hicieron perder la vista.
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| Juan Sandoval tira muchos strikes, a pesar de sólo tener un ojo. |
Juan Sandoval sabe -mejor que nadie- lo que es estar en el lugar correcto, a la hora correcta. A la par, conoce la otra cara de la moneda, la que el destino le mostró en 2006, cuando el perdigón de una escopeta le dejó sin visión el ojo derecho.
La temporada pasada de la Liga Mexicana de Béisbol, la de su estreno en el circuito, el pitcher dominicano fue cambiado de Diablos Rojos a Tigres, lo que significó un movimiento maestro y acertado para su trayectoria. Con tino, se encontró con el vértice de la fortuna.
Llegó a la organización felina para enfrentar en la Serie del Rey a sus excompañeros y proclamarse campeón de la LMB. Lugar adecuado y hora adecuada.
Sin embargo, en 2006, previo a irse a los campos de entrenamiento de Seattle, se encontró con el vértice del infortunio. En el lugar equivocado, a la hora equivocada, cuando un seguridad tuvo una discusión con alguien que estaba borracho y se le soltó un tiro de escopeta hacia el suelo y regó perdigones, pequeñas partículas que solamente queman, pero que le hicieron perder la vista.
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