Todavía no entiendo como un mánager de la estatura de Ozzie Guillén metió la pata tan honda, sabiendo en el oceáno de tiburones que estaba nadando. El error de Guillén no fue haber declarado que amaba a Fidel Castro, sino el poner la reversa con una serie de excusas que dan pena y vergüenza, en un caso que ha tomado ribetes de Estado.
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, considera que ultrajaron la dignidad de Guillén. "Su arrepentimiento bajo coacción y el ultraje a su dignidad marcaron un récord ante el odio visceral de la mafia de Miami". Lean bien por donde va este caso.
Dudo que Guillén salga ileso aunque dijo: "Si dije lo que dije, ha sido el error más grande de mi vida".
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