El candidato republicano Mitt Romney, un mormón, se enfrentará a Barack Obama en busca de la presidencia. |
Los chistes sobre los calzoncillos sagrados han alcanzado proporciones epidémicas, gracias a la candidatura presidencial de Mitt Romney y la obra maestra musical de Matt Stone y Trey Parker, "El Libro de Mormón". Pero la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, su nombre completo, está respondiendo. Una enorme campaña publicitaria muestra a personas corrientes haciendo cosas de la vida diaria - un hombre blanco con una barba, un hombre negro con un bigote y un joven patinador volando por los aires - con el mensaje: "Yo soy mormón".
La alusión se refiere a que no todo el mundo aceptará la idea de que los mormones son como el resto de la gente. Ellos no se emborrachan. Tienen grandes familias, matrimonios estables y una reserva de alimentos en su despensa para tres meses en caso de que ocurra el Armagedón. Usualmente son personas nítidas y bien vestidas (el bigote y barbas en los anuncios de "Yo soy mormón" son atípicos). Y tienen pasión por los negocios.
Menos de 2% de los estadounidenses son mormones, sin embargo su prominencia comercial desmiente sus números. Mitt Romney fundó Bain Capital, una superpotencia de capital privado. Jon Huntsman senior (el padre del rival de Romney por la corona republicana) fundó Huntsman Corporation, un gigante químico de $11 mil millones. David Neeleman fundó dos aerolíneas de bajo costo: JetBlue en los Estados Unidos y Azul en Brasil. Ralph Atkin empezó una tercera: SkyWest Airlines. Eric Varvel es el jefe del banco de inversión Credit Suisse, Harris Simmons es el jefe de Zions Bancorporation, un banco más local, y Allan O'Bryant dirige el brazo japonés de Reinsurance Group of America. J.W. Marriott dirige la cadena hotelera creada por su padre. Si Max Weber hubiese vivido un siglo después, podría haber hecho una generalización sobre la "ética de trabajo mormona".
Los mormones han construido una enorme infraestructura a favor de los negocios. La Escuela Marriott en la Universidad Brigham Young ofrece una de la mejor inversión de cualquier escuela de negocios en los Estados Unidos, y le cobra a los mormones solo $10,000 al año, una quinta parte de la matricula de las escuelas más prestigiosas. Los mormones tienen tal fuerza en la Escuela de Negocios de Harvard que la gente bromea sobre estar dominados por las tres "M" (las otras dos son McKinsey y los militares). Clayton Christensen, de Harvard, es uno de los pensadores líder mundial sobre administración. Stephen Covey, el autor de "Los 7 hábitos de personas altamente eficaces", es uno de sus principales gurús de autoayuda.
No es de sorprender que los mormones jóvenes se estén involucrando en negocios. Provo, el hogar de la Universidad Brigham Young, es un centro de alta tecnología, el hogar de Novell y de cientos de otras empresas de computadoras y diseño gráfico. Los grandes bancos de inversión han sumado la Escuela Marriott a Harvard y Wharton como sus lugares predilectos para buscar talentos. Goldman Sachs abrió una de sus oficinas más grandes fuera de Nueva York en Salt Lake City. Jeremy Andrus, un joven ejecutivo, hizo pública a Skullcandy, una empresa de audífonos, por $125 millones. El ingreso de los hogares en Utah, donde los mormones predominan, está por encima del promedio de los Estados Unidos.
¿Cómo se explica el éxito de los mormones?
Probablemente ayuda una vida decente: el alcohol nubla el entendimiento y lubrica malos negocios. Una historia de persecuciones podría engendrar confianza en si mismo: los mormones del siglo XIX caminaron hacia el oeste a través de llanuras y montañas para escapar la clase de fanáticos que asesinaron a su fundador, Joseph Smith, en el 1844. Los mormones modernos tienen algo en común con otras minorías laboriosas, tales como los parsis, que son prominentes en la India corporativa, los chinos y los judíos en el extranjero. Pero parte de la respuesta se encuentra en su fe misma. El mormonismo - la única religión mundial inventada en los últimos 200 años - es de alguna manera más amigable con los negocios que sus más antiguos rivales.
Los mormones reverencian la organización. Ellos creen que Dios creó el mundo del caos, en lugar de la nada. Ellos también creen que los hombres y las mujeres son capaces de "progresión eterna" hacia la "divinidad", siempre que se comporten como ocupadas abejitas. La iglesia es probablemente la mejor organizada en el mundo y ciertamente la más rentable. El presidente y sus doce asesores se sientan en el tope como el consejo directivo de una multinacional. Debajo de ellos, la iglesia depende de una muchedumbre de voluntarios laicos. Los miembros de la iglesia empiezan a actuar en público a la edad de tres años. Se convierten en "diáconos" a los 12 y van haciendo trabajos más fuertes en la medida que crecen. Se espera que los fieles entreguen el 10% de su ingreso bruto a la iglesia. Nadie sabe cuánto dinero tiene, pero los estimados no oficiales son de miles de millones.
La tradición misionaria
El crisol más fiero de los mormones jóvenes es la misión. Los hombres mormones actúan como misioneros durante dos años cuando cumplen 19; las mujeres durante 18 meses cuando cumplen 21. No pueden escoger a dónde serán enviados y con frecuencia deben aprender un idioma extranjero. Son separados de sus familias (solo se les permiten dos llamadas telefónicas al año) y se les asigna un "compañero" para que los mantenga en su curso. Se espera que evangelicen durante diez horas cada día, seis días de la semana. Muy pocos otros grupos experimentan algo similar a esa edad. Una excepción son los israelitas jóvenes, quienes se pasan años agotadores en la milicia, y quienes también tienen un record sorprendente como empresarios.
El trabajo misionero les proporciona a los mormones un conocimiento de idiomas extranjeros poco común en los Estados Unidos. Neeleman, por ejemplo, nació en Brasil y regresó allí como un joven para hacer trabajo misionero. Su conocimiento de la cultura local y su fluente portugués le facilitan adaptar al mercado brasileño lo que ha aprendido sobre el manejo de una aerolínea en los Estados Unidos.
El trabajo misionero les enseña a los jóvenes mormones a perseverar a pesar de las dificultades. Deben vender un producto para el cual no hay demanda: una versión idiosincrática de la cristiandad que enseña que Cristo hizo una visita a los Estados Unidos post-resurrección, que el Jardín del Eden podría haber estado en Missouri y que tomar alcohol es un pecado. Después de eso, vender asientos en un avión o seguros de vida debe parecer un juego.
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