En Juegos de San Juan incluyeron competencias de boxeo entre niños
Escrito por: JESÚS DE LA ROSA
Dirigentes deportivos desaprensivos aprovecharon la ocasión de la celebración de los Juegos Estudiantiles de San Juan para incluir en el programa de esas olimpiadas competencias de boxeo entre niños y adolescentes. Lo hicieron sin producir ruidos, como para que nadie se diera cuenta de su proceder. Llegamos a saberlo por una foto de dos escolares “liados a puñetazos” que publicó el periódico Hoy.
Hace un tiempo, la Federación Dominicana de Boxeo Aficionado intentó introducir la disciplina de boxeo entre estudiantes de escuelas públicas. Esa vez no lograron su objetivo gracias a la oposición de nosotros y de otros educadores. Pero, en los Juegos Estudiantiles de San Juan se salieron con la suya. Tratando de justificarse algunos dirigentes deportivos suelen utilizar el manido argumento de que la práctica de boxeo no es dañina, y que aquí todavía no se ha registrado un incidente peligroso en los campeonatos de boxeo de aficionados. ¿Qué no? ¿Cuántos otrora glorias del boxeo dominicano andan por esas calles de Dios exhibiendo sus miserias, y padeciendo daños cerebrales ocasionados por la práctica del llamado deporte de las narices chatas? Diríamos que casi todos esos sobrevivientes padecen de esos y otros males.
Las personas que comienzan a edad temprana a practicar boxeo lo más probable es que antes de llegar a la edad adulta su cerebro resulte lastimado. Resulta difícil encontrar un ex boxeador profesional o aficionado que no padezca de daños cerebrales.
Los males crónicos que produce la práctica de boxeo se agrupan en el síndrome denominado “encefalopatía traumática crónica”, daño éste que altera el equilibrio y el habla de la persona que lo padece para el cual no se ha descubierto aún un tratamiento eficaz.
En 1983, la Asamblea Médica Mundial, celebrada en Venecia, consideró que “que el boxeo es un deporte peligroso y que, a diferencia de otros deportes, la intención del boxeador es producir daño corporal a su adversario. Que la práctica de boxeo puede provocar la muerte o una lesión cerebral crónica, por lo que recomienda que el boxeo sea prohibido”.
En 1998, la Academia de Pediatría de los Estados Unidos, mediante un comunicado, hizo pública su oposición a la práctica de boxeo entre niños y adolescentes.
En 1998, con motivo de la celebración en Australia de campeonatos infantiles de boxeo, tal y como acaba de ocurrir aquí en los Juegos Estudiantiles de San Juan de la Maguana, la Asociación Médica de ese país condenó la práctica de boxeo entre niños argumentando que su madurez física y psicológica era insuficiente para dicha práctica.
Los contenidos curriculares de los programas de estudios, redactados por colectivos de técnicos y consultores que laboran en el Ministerio de Educación, están fundamentados en valores universales como el respeto a las personas; la libertad de pensamiento y el pluralismo ideológico; la justicia social y la solidaridad humana; la creatividad, la integridad y la responsabilidad, entre otros.
¿Cómo vamos a aceptar que los escolares practiquen un deporte como el boxeo que acarrea daños cerebrales irreparables entre los que lo ejercitan?
¡No al boxeo en las escuelas!
Escrito por: JESÚS DE LA ROSA
Dirigentes deportivos desaprensivos aprovecharon la ocasión de la celebración de los Juegos Estudiantiles de San Juan para incluir en el programa de esas olimpiadas competencias de boxeo entre niños y adolescentes. Lo hicieron sin producir ruidos, como para que nadie se diera cuenta de su proceder. Llegamos a saberlo por una foto de dos escolares “liados a puñetazos” que publicó el periódico Hoy.
Hace un tiempo, la Federación Dominicana de Boxeo Aficionado intentó introducir la disciplina de boxeo entre estudiantes de escuelas públicas. Esa vez no lograron su objetivo gracias a la oposición de nosotros y de otros educadores. Pero, en los Juegos Estudiantiles de San Juan se salieron con la suya. Tratando de justificarse algunos dirigentes deportivos suelen utilizar el manido argumento de que la práctica de boxeo no es dañina, y que aquí todavía no se ha registrado un incidente peligroso en los campeonatos de boxeo de aficionados. ¿Qué no? ¿Cuántos otrora glorias del boxeo dominicano andan por esas calles de Dios exhibiendo sus miserias, y padeciendo daños cerebrales ocasionados por la práctica del llamado deporte de las narices chatas? Diríamos que casi todos esos sobrevivientes padecen de esos y otros males.
Las personas que comienzan a edad temprana a practicar boxeo lo más probable es que antes de llegar a la edad adulta su cerebro resulte lastimado. Resulta difícil encontrar un ex boxeador profesional o aficionado que no padezca de daños cerebrales.
Los males crónicos que produce la práctica de boxeo se agrupan en el síndrome denominado “encefalopatía traumática crónica”, daño éste que altera el equilibrio y el habla de la persona que lo padece para el cual no se ha descubierto aún un tratamiento eficaz.
En 1983, la Asamblea Médica Mundial, celebrada en Venecia, consideró que “que el boxeo es un deporte peligroso y que, a diferencia de otros deportes, la intención del boxeador es producir daño corporal a su adversario. Que la práctica de boxeo puede provocar la muerte o una lesión cerebral crónica, por lo que recomienda que el boxeo sea prohibido”.
En 1998, la Academia de Pediatría de los Estados Unidos, mediante un comunicado, hizo pública su oposición a la práctica de boxeo entre niños y adolescentes.
En 1998, con motivo de la celebración en Australia de campeonatos infantiles de boxeo, tal y como acaba de ocurrir aquí en los Juegos Estudiantiles de San Juan de la Maguana, la Asociación Médica de ese país condenó la práctica de boxeo entre niños argumentando que su madurez física y psicológica era insuficiente para dicha práctica.
Los contenidos curriculares de los programas de estudios, redactados por colectivos de técnicos y consultores que laboran en el Ministerio de Educación, están fundamentados en valores universales como el respeto a las personas; la libertad de pensamiento y el pluralismo ideológico; la justicia social y la solidaridad humana; la creatividad, la integridad y la responsabilidad, entre otros.
¿Cómo vamos a aceptar que los escolares practiquen un deporte como el boxeo que acarrea daños cerebrales irreparables entre los que lo ejercitan?
¡No al boxeo en las escuelas!
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