La rivalidad de estas dos mujeres: Ségolène Royal y Valèrie Trierweiler, comenzó en el año 2006, cuando Royal descubrió la relación extramatrimonial de Hollande con Trierweiler, una periodista de la revista “Paris Match” por la que dejó su matrimonio y sus cuatro hijos
Escrito por: CAROLIN GUZMÁN
El día en que se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales de Francia que dieron como ganador al socialista Francois Hollande frente al conservador Nicolas Sarkozy, también se conoció de manera pública la rivalidad entre las dos mujeres del nuevo presidente francés: su ex esposa Ségolène Royal y su compañera Valèrie Trierweiler, ahora Primera Dama de Francia.
Ese día de la victoria, el pasado 6 de mayo, las principales figuras del Partido Socialista se reunieron en la plaza de la Bastilla de París, repleta de personas que fueron a festejar la primera victoria de la izquierda en estos comicios desde hacía más de veinte años.
El presidente Francois Hollande subió al escenario, saludó y fue a darle dos besos en las mejillas a su ex esposa Ségolène Royal, quien se enfrentó a Sarkozy en las elecciones presidenciales del 2007, quedando derrotada.
En un gesto inesperado y brusco, Valérie Trierweiler se dirigió a Hollande en el instante en que éste saludaba a su ex, lo agarró del brazo y le pidió que la besara en la boca, marcando de esta forma su territorio.
Esta actitud de Trierweiler la dejó ante los franceses como una mujer dura y violenta. “En aquel momento, ella hizo que surgiera lo privado en la esfera pública y todos los franceses pudieron descubrir a esta mujer y su dureza. Hay una gran violencia simbólica en este gesto”, comentó el periodista Serge Raffy, autor del libro “El presidente François Hollande: itinerario secreto”.
La riña más reciente. Ségolène Royal vivió el pasado 17 de junio una derrota más, de la que se dice tuvo mucho que ver un tweet publicado la semana pasada por Valérie Trierweiler dando su respaldo al candidato socialista disidente Olivier Falorni.
En su página de la red social Twitter la primera dama de Francia escribió: “Animo Olivier Falorni, quien no ha desmerecido, quien lucha al lado de los ciudadanos de La Rochelle desde hace tantos años con un compromiso desinteresado”.
Trierweiler hizo dicho comentario a pesar de que su compañero Hollande y los socialistas le habían otorgado su apoyo a Ségolène Royal, quien luego de su fracaso en las presidenciales del 2007 esperaba verse electa como diputada de la circunscripción de La Rochelle y así dar el primer paso para poder convertirse en la próxima presidenta de la Asamblea Nacional.
Tras su nueva derrota, la ex esposa del presidente francés confesó que el tweet publicado por la Primera Dama no la ayudó a ganar.
Desde que se conocieron los resultados de la primera vuelta de las legislativas, la cuenta de Twitter de Valérie Trierweiler sirvió de vitrina para la exposición de algunas palabras de aliento para Olivier Falorni, hoy ganador.
Un duro golpe político. Luego de reconocer su derrota, Ségolène Royal dijo que reflexionará sobre la manera de servir a Francia y a los franceses. Se describió como una “mujer rebelde” que seguirá avanzando porque tiene una voz fuerte y 25 años de compromiso político, con éxitos y derrotas que no la han debilitado.
Escrito por: CAROLIN GUZMÁN
Valèrie Trierweiler, Francois Hollande y Ségolène Royal |
El día en que se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales de Francia que dieron como ganador al socialista Francois Hollande frente al conservador Nicolas Sarkozy, también se conoció de manera pública la rivalidad entre las dos mujeres del nuevo presidente francés: su ex esposa Ségolène Royal y su compañera Valèrie Trierweiler, ahora Primera Dama de Francia.
Ese día de la victoria, el pasado 6 de mayo, las principales figuras del Partido Socialista se reunieron en la plaza de la Bastilla de París, repleta de personas que fueron a festejar la primera victoria de la izquierda en estos comicios desde hacía más de veinte años.
El presidente Francois Hollande subió al escenario, saludó y fue a darle dos besos en las mejillas a su ex esposa Ségolène Royal, quien se enfrentó a Sarkozy en las elecciones presidenciales del 2007, quedando derrotada.
En un gesto inesperado y brusco, Valérie Trierweiler se dirigió a Hollande en el instante en que éste saludaba a su ex, lo agarró del brazo y le pidió que la besara en la boca, marcando de esta forma su territorio.
Esta actitud de Trierweiler la dejó ante los franceses como una mujer dura y violenta. “En aquel momento, ella hizo que surgiera lo privado en la esfera pública y todos los franceses pudieron descubrir a esta mujer y su dureza. Hay una gran violencia simbólica en este gesto”, comentó el periodista Serge Raffy, autor del libro “El presidente François Hollande: itinerario secreto”.
La riña más reciente. Ségolène Royal vivió el pasado 17 de junio una derrota más, de la que se dice tuvo mucho que ver un tweet publicado la semana pasada por Valérie Trierweiler dando su respaldo al candidato socialista disidente Olivier Falorni.
En su página de la red social Twitter la primera dama de Francia escribió: “Animo Olivier Falorni, quien no ha desmerecido, quien lucha al lado de los ciudadanos de La Rochelle desde hace tantos años con un compromiso desinteresado”.
Trierweiler hizo dicho comentario a pesar de que su compañero Hollande y los socialistas le habían otorgado su apoyo a Ségolène Royal, quien luego de su fracaso en las presidenciales del 2007 esperaba verse electa como diputada de la circunscripción de La Rochelle y así dar el primer paso para poder convertirse en la próxima presidenta de la Asamblea Nacional.
Tras su nueva derrota, la ex esposa del presidente francés confesó que el tweet publicado por la Primera Dama no la ayudó a ganar.
Desde que se conocieron los resultados de la primera vuelta de las legislativas, la cuenta de Twitter de Valérie Trierweiler sirvió de vitrina para la exposición de algunas palabras de aliento para Olivier Falorni, hoy ganador.
Un duro golpe político. Luego de reconocer su derrota, Ségolène Royal dijo que reflexionará sobre la manera de servir a Francia y a los franceses. Se describió como una “mujer rebelde” que seguirá avanzando porque tiene una voz fuerte y 25 años de compromiso político, con éxitos y derrotas que no la han debilitado.
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