POR HIMILCE AMELIA TEJADA
himilcetejada@live.com
SANTO DOMINGO. Dicen los todólogos del patio en una de esas verdades con poco espacio para el debate, que hay dos cosas que pegan con todo en este país: el aguacate y un buen par de zapatos negros.
Y al llegar el tiempo de esta particular fruta verde amarilla, las manos se frotan preparando mentalmente lo que sin duda alguna es el plato gourmet por excelencia de los dominicanos: el pan con aguacate.
Tengo la teoría de que se debería repensar la denominación de "plato nacional". Por un tema de costos, preparar un sancocho "en condiciones" con todas sus carnes y todos sus víveres, es una quimera a la que sólo puede acceder con trabajo la mitad de la población económicamente activa del país. El otro plato nacional por excelencia, la "bandera dominicana", ya sale por jirones y cada vez con menos proteínas y menos colores.
Sin embargo, el pan con aguacate está al alcance de todos. Y es prácticamente del gusto (hasta el paroxismo por lo que he visto), de todos. Por muy poco dinero, la hartura está garantizada y por lo que pude verificar en una investigación apegada al más estricto rigor científico, es tan versátil como gente que lo come.
Versátil y anecdótico: el que disfruta un buen pan con aguacate, tiene al menos una docena de historias relacionadas con el tema. Y no teme compartirlas cuando le hablas de una "encuesta".
Comencemos con los ingredientes imprescindibles: pan y aguacate. La encuesta realizada a los más reconocidos gastrónomos de la institución donde laboro, arrojó que el pan necesariamente tiene que ser de "agua": puede ser de saco, de colmado o directo desde el súper… pero de agua. No hay mucha simpatía ni para el pan "sobao", ni para el de sándwich. El pan pita no se menciona en este tipo de foros….
En cuanto al aguacate, tiene que estar razonablemente maduro para poder ser cortando en tajadas y que mantenga la compostura hasta que comience el festín. De todos los consultados, sólo uno aseguró que lo desmenuzaba, no tanto para que pareciera una pasta, sino para que se mezclara de forma homogénea con el resto de los ingredientes.
¿Ingredientes? Por más que validamos y contrastamos la muestra, un solo ingrediente se repetía: la sal. Todo lo demás era opcional y "al gusto": aceite verde o vinagre; cebolla, tomate o ambos; orégano, sazón completo o pimienta negra…..hay uno que se atrevió a ponerle dos ruedas de salami, por aquello de que el pan aguanta todo….
Lo que no cambia es la sonrisa que precede al primer bocado y la maestría que se adquiere con la práctica para que la mitad de tamaño platillo no termine sobre la camisa.
La buena noticia: que el dominicano instintivamente sabe cómo alimentarse y vivimos en una tierra bendita que nos da aguacates en abundancia cuando el pollo escasea y artificialmente sube de precio.
Un poco de historia:
El aguacate es originario de las regiones ocupadas por los aztecas y mayas en América Central y les suministró durante muchos siglos de la "mantequilla del bosque" que precisaban para su subsistencia. A Martín Fernández de Enciso le corresponde la gloria de llevarla a Europa, mientras que Hernán Cortés le llamó "fruta milagrosa".
Aunque es oficialmente una fruta, posee un elevado contenido graso (alrededor del 20%); sin embargo es fácil de digerir porque sus numerosas enzimas facilitan el desdoblamiento de los lípidos. Contiene ácidos grasos esenciales que el cuerpo humano necesita, pero que no puede producir y que a la vez nos protegen del riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. El aguacate es, además, rico en vitaminas, sobre todo b6, biotina y vitamina E, lo que lo hace una fruta de características altamente antioxidantes.
Dicen los científicos que una porción de aguacate cubre, aproximadamente, dos terceras partes de las necesidades dietéticas diarias.
No sólo una fruta:
Pruébelo con confianza en el pelo, el cutis o acompañado con camarones la próxima vez que quiera sentirse como un rey. Combine con batidas, dips, guacamoles; con pollo, mariscos y frutas "dulces"… con pan, sancocho o solo, cuando el calor arropa y Altagracia Paulino amenaza con declararle la guerra al pollo.
En lo que se averigua como le entra el agua al coco, disfrutemos del aguacate mientras podamos. Es un verdadero regalo de la naturaleza.
himilcetejada@live.com
En República Dominicana hay aguacate todo el año. |
SANTO DOMINGO. Dicen los todólogos del patio en una de esas verdades con poco espacio para el debate, que hay dos cosas que pegan con todo en este país: el aguacate y un buen par de zapatos negros.
Y al llegar el tiempo de esta particular fruta verde amarilla, las manos se frotan preparando mentalmente lo que sin duda alguna es el plato gourmet por excelencia de los dominicanos: el pan con aguacate.
Tengo la teoría de que se debería repensar la denominación de "plato nacional". Por un tema de costos, preparar un sancocho "en condiciones" con todas sus carnes y todos sus víveres, es una quimera a la que sólo puede acceder con trabajo la mitad de la población económicamente activa del país. El otro plato nacional por excelencia, la "bandera dominicana", ya sale por jirones y cada vez con menos proteínas y menos colores.
Sin embargo, el pan con aguacate está al alcance de todos. Y es prácticamente del gusto (hasta el paroxismo por lo que he visto), de todos. Por muy poco dinero, la hartura está garantizada y por lo que pude verificar en una investigación apegada al más estricto rigor científico, es tan versátil como gente que lo come.
Versátil y anecdótico: el que disfruta un buen pan con aguacate, tiene al menos una docena de historias relacionadas con el tema. Y no teme compartirlas cuando le hablas de una "encuesta".
Comencemos con los ingredientes imprescindibles: pan y aguacate. La encuesta realizada a los más reconocidos gastrónomos de la institución donde laboro, arrojó que el pan necesariamente tiene que ser de "agua": puede ser de saco, de colmado o directo desde el súper… pero de agua. No hay mucha simpatía ni para el pan "sobao", ni para el de sándwich. El pan pita no se menciona en este tipo de foros….
En cuanto al aguacate, tiene que estar razonablemente maduro para poder ser cortando en tajadas y que mantenga la compostura hasta que comience el festín. De todos los consultados, sólo uno aseguró que lo desmenuzaba, no tanto para que pareciera una pasta, sino para que se mezclara de forma homogénea con el resto de los ingredientes.
¿Ingredientes? Por más que validamos y contrastamos la muestra, un solo ingrediente se repetía: la sal. Todo lo demás era opcional y "al gusto": aceite verde o vinagre; cebolla, tomate o ambos; orégano, sazón completo o pimienta negra…..hay uno que se atrevió a ponerle dos ruedas de salami, por aquello de que el pan aguanta todo….
Lo que no cambia es la sonrisa que precede al primer bocado y la maestría que se adquiere con la práctica para que la mitad de tamaño platillo no termine sobre la camisa.
La buena noticia: que el dominicano instintivamente sabe cómo alimentarse y vivimos en una tierra bendita que nos da aguacates en abundancia cuando el pollo escasea y artificialmente sube de precio.
Un poco de historia:
El aguacate es originario de las regiones ocupadas por los aztecas y mayas en América Central y les suministró durante muchos siglos de la "mantequilla del bosque" que precisaban para su subsistencia. A Martín Fernández de Enciso le corresponde la gloria de llevarla a Europa, mientras que Hernán Cortés le llamó "fruta milagrosa".
Aunque es oficialmente una fruta, posee un elevado contenido graso (alrededor del 20%); sin embargo es fácil de digerir porque sus numerosas enzimas facilitan el desdoblamiento de los lípidos. Contiene ácidos grasos esenciales que el cuerpo humano necesita, pero que no puede producir y que a la vez nos protegen del riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. El aguacate es, además, rico en vitaminas, sobre todo b6, biotina y vitamina E, lo que lo hace una fruta de características altamente antioxidantes.
Dicen los científicos que una porción de aguacate cubre, aproximadamente, dos terceras partes de las necesidades dietéticas diarias.
No sólo una fruta:
Pruébelo con confianza en el pelo, el cutis o acompañado con camarones la próxima vez que quiera sentirse como un rey. Combine con batidas, dips, guacamoles; con pollo, mariscos y frutas "dulces"… con pan, sancocho o solo, cuando el calor arropa y Altagracia Paulino amenaza con declararle la guerra al pollo.
En lo que se averigua como le entra el agua al coco, disfrutemos del aguacate mientras podamos. Es un verdadero regalo de la naturaleza.
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