No se nada, yo llegue ahora mismo

Leonel se lava las manos y mira para otro lado


No hay dudas de que Leonel se la juega. ¡Mira que aparecer ahora cuando todos lo creían huyendo o escondido en la azotea de Funglode! Y no sólo aparece, sino que se sube a la tarima.

Fito Páez canta "¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón". Leonel no ofreció su corazón para que le dieran "cuchillada de amor", pero sí su versión. Que era necesaria y que resultó sobre todo muy oportuna.

Habló como si fuera una de sus charlas magistrales, y con cara de "yo no fui", de muchacho bueno que nunca rompe un plato, se descargó en su propio tribunal.

El déficit que atribuyen a su administración, y que tiene al gobierno y al país al garete, no fue obra suya. Tampoco una venganza diferida o una maldad sin consecuencias.

Como si se tratara de un adelanto de la Semana Santa imitó a Pilatos lavándose las manos y no encontrado culpa en su acusada gestión.

Dirán... ¡pero qué timbales, qué cachaza!, y serán reacciones naturales y hasta apropiadas, pero que no se pierda lo principal.

El hombre está de vuelta, y no rugirá como el León de la Metro, pero sí sabe que al menor descuido se lo comen vivo.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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