Aunque todo el mundo ha oído, desde el 16 de febrero de 1973, que Francisco Alberto Caamaño Deñó fue capturado vivo por el entonces general Ramón Emilio Jiménez (Milo), y desde el 16 de agosto de 1973 todo el mundo ha oído que Caamaño fue fusilado, no se explica que no haya consecuencias, y ese hombre siga como el caminante aquél. Pese a que la versión de que Balaguer mandó a fusilar a Caamaño por las tropas bajo su mando, éste ni se da por aludido.
Y más ahora, cuando de acuerdo a la Convención de Ginebra, el caso no perime y más aún, que los hijos de Caamaño (no los frene Sigfrido, que el prestigio de la Institución está en juego) y el pueblo quieren justicia, ¿Se mantendrá ese exmilitar como si no se dijera nada, sin siquiera darse por aludido?
0 comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR VISITAR GAZCUE Y DEJAR TU COMENTARIO.