Sería peor destruir el andamiaje del Código...
No hay dudas de que la fiscalía quería "echarle un cubo" a Sobeida, no reconociendo el acuerdo en toda su amplitud y beneficio.
Sin embargo, "la compañera sentimental" salió respondona, y como mujer de suerte, que nació como la auyama, tiene todo el derecho a su favor.
Que su abogado la defiende, bien. Pero que igual lo hagan entidades de la sociedad civil como FINJUS, da que pensar.
La institucionalidad, primero, y el respeto al debido proceso, después, la convierten en un referente de las bondades del sistema penal dominicano.
El código es el código, y vale para todo el mundo, mucho más para quienes se acogen a los mecanismos instituidos en sus normativas. Algo así como o jugamos todos o se rompen las barajas.
Se trabaja en el edificio de una justicia negociada, pero no está terminado, aunque sea por uno que otro periquitos.
Ahora, si se cae el andamio que sostiene a Sobeida, la construcción quedará a medio talle. Y no importa que vengan o presionen desde fuera.
Eso no es lo importante ni será lo decisivo. Lo importante y decisivo es que la ley ampara, y bajo esa sombrilla no hay aguacero que la moje.
Su destino es la calle.
No hay dudas de que la fiscalía quería "echarle un cubo" a Sobeida, no reconociendo el acuerdo en toda su amplitud y beneficio.
Sin embargo, "la compañera sentimental" salió respondona, y como mujer de suerte, que nació como la auyama, tiene todo el derecho a su favor.
Que su abogado la defiende, bien. Pero que igual lo hagan entidades de la sociedad civil como FINJUS, da que pensar.
La institucionalidad, primero, y el respeto al debido proceso, después, la convierten en un referente de las bondades del sistema penal dominicano.
El código es el código, y vale para todo el mundo, mucho más para quienes se acogen a los mecanismos instituidos en sus normativas. Algo así como o jugamos todos o se rompen las barajas.
Se trabaja en el edificio de una justicia negociada, pero no está terminado, aunque sea por uno que otro periquitos.
Ahora, si se cae el andamio que sostiene a Sobeida, la construcción quedará a medio talle. Y no importa que vengan o presionen desde fuera.
Eso no es lo importante ni será lo decisivo. Lo importante y decisivo es que la ley ampara, y bajo esa sombrilla no hay aguacero que la moje.
Su destino es la calle.
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