Al cumplirse 200 años del natalicio de Juan Pablo Duarte, cabe preguntarse: ¿vale la pena morir por esta nación?
RAFAEL ALONSO RIJO
El próximo 26 de enero se cumplen 200 años del nacimiento de Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria dominicana. Quien es considerado el más puro de los dominicanos, se planteó una patria “libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”, ya que para él “vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor”. El 27 de febrero de este 2013, en el bicentenario de su natalicio, la patria que forjó junto a los trinitarios cumple 169 años. ¿Es esta la patria que soñó Duarte? ¿Vale la pena morir por ella?
Las tropas de la república haitiana, bajo el mando del general Jean Pierre Boyer, penetraron en la parte este de la isla de Santo Domingo el 9 de febrero de 1822, iniciando la ocupación de 22 años durante la cual se abolió la esclavitud y se introdujo una profunda reforma agraria sobre la base de entrega de tierras a los campesinos.
El 16 de julio de 1838, Duarte junto a otros ocho dominicanos de ideas liberales fundó el movimiento clandestino La Trinitaria.
El 27 de febrero de 1844, frente a la Puerta de la Misericordia, Matías Ramón Mella y los trinitarios dieron inicio a la guerra separatista de la república haitiana. Francisco del Rosario Sánchez proclamó el nacimiento de la patria, cuyo gobierno quedó a cargo de una Junta Central Gubernativa que fue sustituida el 14 de noviembre de 1844 por el general Pedro Santana, primer presidente del país y quien promulgó la Constitución y expulsó a Duarte a Venezuela, donde murió a los 63 años el 15 de julio de 1876.
Vida republicana
Desde febrero de 1844 hasta hoy República Dominicana ha vivido cuatro períodos de vida republicana, originándose cada uno luego de una ocupación extranjera en que la sangre criolla abonó la tierra en defensa de la soberanía.
El período comprendido entre el 27 de febrero de 1844 hasta la anexión de la república a España en 1861 se conoce como la Primera República. Los machetes y sables dominicanos se impusieron en las cuatro campañas de la guerra de separación, destacándose las batallas de Azua, Santiago, El Memiso, Tortuguero, La Estrelleta, Beller, El Número, Las Carreras, Santomé, Cambronal y Sabana Larga.
Ante la falta de un liderazgo liberal sólido el país entró en un período dominado por hacendados que tenía en los hatos ganaderos sus centros de poder económico y que, con el general Santana a la cabeza, lograron anexar la república a España el 18 de marzo de 1861.
En 1865, tras la guerra de la Restauración, se recupera la independencia, iniciándose la Segunda República, caracterizada por la falta de liderazgo y cambios continuos de gobernantes, hasta que Ulises Heureaux (Lilís) instaló una dictadura de casi 12 años, desde 1887 hasta 1899, cuando fue asesinado.
La inestabilidad política y económica de los primeros años del siglo 20, así como el atraso en los pagos de los empréstitos realizados durante el siglo XIX, desencadenaron la primera ocupación estadounidense, que se extendió desde 1916 hasta 1924. Con la salida de las tropas invasoras de los Estados Unidos en 1924 se inicia la Tercera República con Horacio Vásquez al mando y terminando su presidencia muy enfermo seis años después. Desde 1930 hasta 1961 el país estuvo bajo el dominio de una de las más sanguinarias y férreas dictaduras de América Latina, la de Rafael Leonidas Trujillo, quien se hizo ver como el “Padre y Benefactor de la Patria Nueva”.
Trujillo se apropió de forma tal del país que cerca del 70% de las industrias le pertenecían. Fomentó el nacionalismo y el culto a Duarte, Sánchez y Mella como los tres padres de la patria. En 1937 ordenó la matanza de más de 15 mil ciudadanos de Haití que vivían en la zona fronteriza dominicana.
Con el ajusticiamiento de Trujillo en mayo de 1961, luego del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, se abrió un proceso democrático con la llegada al país del Partido Revolucionario Dominicano, que con Juan Bosch a la cabeza ganó las elecciones de diciembre 1962. Bosch fue derrocado a los siete meses por remanentes del trujillismo, tomando el poder un triunvirato representante de la oligarquía neotrujillista.
Los reclamos de vuelta a la constitucionalidad y de Bosch al poder dieron origen a la revuelta del 24 de abril de 1965, cuya cabeza más visible fue el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Para impedir el triunfo de los constitucionalistas, el triunvirato aceptó la intervención de los Estados Unidos, que desembarcaron 42 mil soldados el 28 de abril de ese año. Los soldados estadounidenses abandonaron el país en septiembre de 1966.
Con la salida de las tropas de los Estados Unidos se inicia lo que algunos historiadores llaman la Cuarta República. Desde entonces, el país ha sido gobernando por Joaquín Balaguer (PR: 1966-1978), Antonio Guzmán (PRD: 1978-1982), Salvador Jorge Blanco (PRD: 1982-1986), Joaquín Balaguer (PRSC: 1986-1996), Leonel Fernández (PLD: 1996-2000), Hipólito Mejía (PRD: 2000-2004), Leonel Fernández (PLD: 2004-2012) y desde el 16 de agosto a la fecha Danilo Medina, también del PLD, cuyo gobierno nace, como todos, con un manojo de buenas intenciones y este lunes 7 inicia una campaña nacional de alfabetización que, de cumplir con el objetivo de reducir el analfabetismo a menos de un 3%, se apuntala como la más grande obra de inclusión social jamás realizada.
La patria hoy en día
La historia consigna páginas gloriosas en la construcción de una patria mejor, como las escritas por los trinitarios en 1844, la resistencia (satanizados como gavilleros) a la invasión estadounidense en 1916, las guerrillas de Constanza, Maimón y Estero Hondo en 1959, los complotados contra Trujillo en 1961, el alzamiento del Movimiento 14 de Junio y Manolo Tavárez Justo en 1963, el gobierno boschista, la revolución constitucionalista de 1965 y el desembarco de Caamaño Deñó en 1973, pero también que el pueblo dominicano ha vivido una vida republicana plagada de chanchullos, fraudes, traiciones, asesinatos, transfuguismo, engaños, entreguismo, robos de los dineros públicos e impunidad.
A 200 años del natalicio del Padre de la Patria, el país ha transitado 46 años de estabilidad democrática, pero lo cierto es que de acuerdo con organismos internacionales, muchos adscritos a Naciones Unidas, República Dominicana es considerado uno de los países más corruptos y menos transparentes del mundo y el más de Latinoamérica, el tercero de mayor desigualdad social en América Latina, superado solo por Haití y El Salvador, el tercero de mayor nivel de analfabetismo en la región, con más del 40% de la población viviendo en la pobreza, el narcotráfico permea muchas las instituciones y con un nivel de muertes violentas que superan a países en guerras como Afganistán e Irak.
Hoy en día los capitales foráneos dominan el turismo, la energía, la minería; sectores como la construcción y la agricultura dependen de una mano de obra proveniente de una inmigración haitiana descontrolada calculada en más de un millón de personas, y una deuda externa que hipoteca el país a bancos y gobiernos extranjeros que ponen en cuestionamiento la soberanía nacional.
Mientras, políticos, académicos y sociólogos sostienen que desde su nacimiento la República ha sido dirigida por los sectores más conservadores y los que menos se acercan a los ideales del patricio, coincidiendo en afirmar que el Estado que éste aspiró quedó trunco en el año 1844. Pero esta es la patria que tenemos. A 200 años del nacimiento de Duarte, ¿vale la pena morir por ella? l
Comisión organiza actos bicentenario
Para la celebración del bicentenario de Duarte, el presidente Medina creó una comisión encabezada por el cardenal López Rodríguez e integrada por los presidentes de la Comisión de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer; Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón; Academia de Historia, Frank Moya Pons; los ministros Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; de Cultura, José Antonio Rodríguez; de Educación, Josefina Pimentel y de las FF. AA., Sigfrido Pared Pérez, así como Roberto Cassá, director del Archivo General de la Nación. También Milcíades Mejía, de la Academia de Ciencias; los rectores de la UASD y APEC y los historiadores Adriano Miguel Tejada y José Chez Checo.
La patria nació en ausencia de Duarte
Aunque Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del martes 27 de febrero de 1844, en la Puerta del Conde de la ciudad de Santo Domingo, la República Dominicana era proclamada por Francisco del Rosario Sánchez, jefe del movimiento tras la ausencia de Duarte, Tomás Bobadilla y Briones, representante de los conservadores, Ramón Matías Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes se comprometieron a hacer una nación libre e independiente, a costa de sus vidas y bienes y sin que ninguna amenaza, externa o interna, quebrara su voluntad.
RAFAEL ALONSO RIJO
Juan Pablo Duarte. |
El próximo 26 de enero se cumplen 200 años del nacimiento de Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria dominicana. Quien es considerado el más puro de los dominicanos, se planteó una patria “libre de toda potencia extranjera, o se hunde la isla”, ya que para él “vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor”. El 27 de febrero de este 2013, en el bicentenario de su natalicio, la patria que forjó junto a los trinitarios cumple 169 años. ¿Es esta la patria que soñó Duarte? ¿Vale la pena morir por ella?
Las tropas de la república haitiana, bajo el mando del general Jean Pierre Boyer, penetraron en la parte este de la isla de Santo Domingo el 9 de febrero de 1822, iniciando la ocupación de 22 años durante la cual se abolió la esclavitud y se introdujo una profunda reforma agraria sobre la base de entrega de tierras a los campesinos.
El 16 de julio de 1838, Duarte junto a otros ocho dominicanos de ideas liberales fundó el movimiento clandestino La Trinitaria.
El 27 de febrero de 1844, frente a la Puerta de la Misericordia, Matías Ramón Mella y los trinitarios dieron inicio a la guerra separatista de la república haitiana. Francisco del Rosario Sánchez proclamó el nacimiento de la patria, cuyo gobierno quedó a cargo de una Junta Central Gubernativa que fue sustituida el 14 de noviembre de 1844 por el general Pedro Santana, primer presidente del país y quien promulgó la Constitución y expulsó a Duarte a Venezuela, donde murió a los 63 años el 15 de julio de 1876.
Vida republicana
Desde febrero de 1844 hasta hoy República Dominicana ha vivido cuatro períodos de vida republicana, originándose cada uno luego de una ocupación extranjera en que la sangre criolla abonó la tierra en defensa de la soberanía.
El período comprendido entre el 27 de febrero de 1844 hasta la anexión de la república a España en 1861 se conoce como la Primera República. Los machetes y sables dominicanos se impusieron en las cuatro campañas de la guerra de separación, destacándose las batallas de Azua, Santiago, El Memiso, Tortuguero, La Estrelleta, Beller, El Número, Las Carreras, Santomé, Cambronal y Sabana Larga.
Ante la falta de un liderazgo liberal sólido el país entró en un período dominado por hacendados que tenía en los hatos ganaderos sus centros de poder económico y que, con el general Santana a la cabeza, lograron anexar la república a España el 18 de marzo de 1861.
En 1865, tras la guerra de la Restauración, se recupera la independencia, iniciándose la Segunda República, caracterizada por la falta de liderazgo y cambios continuos de gobernantes, hasta que Ulises Heureaux (Lilís) instaló una dictadura de casi 12 años, desde 1887 hasta 1899, cuando fue asesinado.
La inestabilidad política y económica de los primeros años del siglo 20, así como el atraso en los pagos de los empréstitos realizados durante el siglo XIX, desencadenaron la primera ocupación estadounidense, que se extendió desde 1916 hasta 1924. Con la salida de las tropas invasoras de los Estados Unidos en 1924 se inicia la Tercera República con Horacio Vásquez al mando y terminando su presidencia muy enfermo seis años después. Desde 1930 hasta 1961 el país estuvo bajo el dominio de una de las más sanguinarias y férreas dictaduras de América Latina, la de Rafael Leonidas Trujillo, quien se hizo ver como el “Padre y Benefactor de la Patria Nueva”.
Trujillo se apropió de forma tal del país que cerca del 70% de las industrias le pertenecían. Fomentó el nacionalismo y el culto a Duarte, Sánchez y Mella como los tres padres de la patria. En 1937 ordenó la matanza de más de 15 mil ciudadanos de Haití que vivían en la zona fronteriza dominicana.
Con el ajusticiamiento de Trujillo en mayo de 1961, luego del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, se abrió un proceso democrático con la llegada al país del Partido Revolucionario Dominicano, que con Juan Bosch a la cabeza ganó las elecciones de diciembre 1962. Bosch fue derrocado a los siete meses por remanentes del trujillismo, tomando el poder un triunvirato representante de la oligarquía neotrujillista.
Los reclamos de vuelta a la constitucionalidad y de Bosch al poder dieron origen a la revuelta del 24 de abril de 1965, cuya cabeza más visible fue el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Para impedir el triunfo de los constitucionalistas, el triunvirato aceptó la intervención de los Estados Unidos, que desembarcaron 42 mil soldados el 28 de abril de ese año. Los soldados estadounidenses abandonaron el país en septiembre de 1966.
Con la salida de las tropas de los Estados Unidos se inicia lo que algunos historiadores llaman la Cuarta República. Desde entonces, el país ha sido gobernando por Joaquín Balaguer (PR: 1966-1978), Antonio Guzmán (PRD: 1978-1982), Salvador Jorge Blanco (PRD: 1982-1986), Joaquín Balaguer (PRSC: 1986-1996), Leonel Fernández (PLD: 1996-2000), Hipólito Mejía (PRD: 2000-2004), Leonel Fernández (PLD: 2004-2012) y desde el 16 de agosto a la fecha Danilo Medina, también del PLD, cuyo gobierno nace, como todos, con un manojo de buenas intenciones y este lunes 7 inicia una campaña nacional de alfabetización que, de cumplir con el objetivo de reducir el analfabetismo a menos de un 3%, se apuntala como la más grande obra de inclusión social jamás realizada.
La patria hoy en día
La historia consigna páginas gloriosas en la construcción de una patria mejor, como las escritas por los trinitarios en 1844, la resistencia (satanizados como gavilleros) a la invasión estadounidense en 1916, las guerrillas de Constanza, Maimón y Estero Hondo en 1959, los complotados contra Trujillo en 1961, el alzamiento del Movimiento 14 de Junio y Manolo Tavárez Justo en 1963, el gobierno boschista, la revolución constitucionalista de 1965 y el desembarco de Caamaño Deñó en 1973, pero también que el pueblo dominicano ha vivido una vida republicana plagada de chanchullos, fraudes, traiciones, asesinatos, transfuguismo, engaños, entreguismo, robos de los dineros públicos e impunidad.
A 200 años del natalicio del Padre de la Patria, el país ha transitado 46 años de estabilidad democrática, pero lo cierto es que de acuerdo con organismos internacionales, muchos adscritos a Naciones Unidas, República Dominicana es considerado uno de los países más corruptos y menos transparentes del mundo y el más de Latinoamérica, el tercero de mayor desigualdad social en América Latina, superado solo por Haití y El Salvador, el tercero de mayor nivel de analfabetismo en la región, con más del 40% de la población viviendo en la pobreza, el narcotráfico permea muchas las instituciones y con un nivel de muertes violentas que superan a países en guerras como Afganistán e Irak.
Hoy en día los capitales foráneos dominan el turismo, la energía, la minería; sectores como la construcción y la agricultura dependen de una mano de obra proveniente de una inmigración haitiana descontrolada calculada en más de un millón de personas, y una deuda externa que hipoteca el país a bancos y gobiernos extranjeros que ponen en cuestionamiento la soberanía nacional.
Mientras, políticos, académicos y sociólogos sostienen que desde su nacimiento la República ha sido dirigida por los sectores más conservadores y los que menos se acercan a los ideales del patricio, coincidiendo en afirmar que el Estado que éste aspiró quedó trunco en el año 1844. Pero esta es la patria que tenemos. A 200 años del nacimiento de Duarte, ¿vale la pena morir por ella? l
Comisión organiza actos bicentenario
Para la celebración del bicentenario de Duarte, el presidente Medina creó una comisión encabezada por el cardenal López Rodríguez e integrada por los presidentes de la Comisión de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer; Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón; Academia de Historia, Frank Moya Pons; los ministros Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta; de Cultura, José Antonio Rodríguez; de Educación, Josefina Pimentel y de las FF. AA., Sigfrido Pared Pérez, así como Roberto Cassá, director del Archivo General de la Nación. También Milcíades Mejía, de la Academia de Ciencias; los rectores de la UASD y APEC y los historiadores Adriano Miguel Tejada y José Chez Checo.
La patria nació en ausencia de Duarte
Aunque Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria, se hallaba ausente, la noche del martes 27 de febrero de 1844, en la Puerta del Conde de la ciudad de Santo Domingo, la República Dominicana era proclamada por Francisco del Rosario Sánchez, jefe del movimiento tras la ausencia de Duarte, Tomás Bobadilla y Briones, representante de los conservadores, Ramón Matías Mella, Manuel Jiménez, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas, quienes se comprometieron a hacer una nación libre e independiente, a costa de sus vidas y bienes y sin que ninguna amenaza, externa o interna, quebrara su voluntad.
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