Los expertos tienen opiniones diversas sobre cuál es la edad correcta para el “destete”
Por HELEN JÁQUEZ
El cuerpo de la mujer está “diseñado” para albergar durante nueve meses a su cría, y posterior al alumbramiento continuar proveyéndole alimento por un buen tiempo a través de la lactancia.Lactar, según múltiples estudios que se han realizado confirman, es la mejor manera no solo de alimentar al infante, pues la leche materna contiene una serie de vitaminas y minerales esenciales para el crecimiento y desarrollo del pequeño; sino que también es una forma de crear y fortalecer el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Esto es algo que lo confirma la pediatra María Vargas, quien asegura que “dar el seno” protege al niño o niña de numerosas enfermedades infecciosas y de tipo inmunitaria, como por ejemplo, la diabetes, además de aportar calcio y fósforo, elementos vitales para el desarrollo de los huesos.
La pediatra comenta que los motivos más frecuentes por los cuales una madre decide no amamantar se deben a “la vida moderna donde la madre actual tiene prolongado horario de trabajo; otro motivo indicado por muchas madres es la errada idea de no producir suficiente cantidad de leche”.
El que la madre no amamante a sus hijos, ya sea por una decisión personal, prejuicios o algún impedimento externo, según Vargas, puede provocar en los mismos (los niños) una mala respuesta inmunológica a las enfermedades y una nutrición deficiente en la mayoría de los casos.
¿Cuándo dejar de lactar?
Vargas recomienda amamantar al infante por lo menos los primeros seis meses de edad, siendo la leche materna el único alimento a ingerir por el bebé durante este tiempo (ni siquiera agua), algo que también aconseja la Organización Mundial de la Salud, OMS; y sólo proporcionarle gotas o jarabes que contengan vitaminas o minerales en caso de que lo necesiten.
“Recomiendo que a partir de los seis meses se comience a darle de comer al pequeño, porque antes de ese tiempo no necesita otro alimento que no sea la leche materna. Pero luego de este período, se debe continuar con la leche materna en combinación con los alimentos propios de su edad hasta completar el año de edad”, comenta la experta.
Pero durante este proceso de “destete” muchas madres eliminan completamente la leche materna de la dieta diaria del infante, algo que la antropóloga norteamericana, profesora en la Universidad de Delaware en Newark, Katherine Dettwyler desaprueba.
Según Dettwyler, quien se ha especializado en el estudio de la lactancia materna, los seres humanos alcanzan autonomía inmunológica a los seis años de edad, lo que sugiere que a través del más reciente pasado evolutivo del hombre, los agentes inmunes contenidos en la leche materna estaban normalmente disponibles para el niño hasta aproximadamente esta edad, por lo que considera que la edad natural del destete de los humanos es entre los dos años y medio y los sietes años de edad.
Otra entidad que apoya la lactancia prolongada es la Academia Americana de Pediatría, la cual afirma que no existe un límite de tiempo para que el infante reciba la leche materna, y que tampoco existe una evidencia palpable de que este proceso de alimentación le pueda afectar psicológicamente; aunque algunos expertos de la conducta humana consideran que el hecho de que un niño que no haya superado la etapa del “desteto” puede tener problemas para ser un individuo independiente.
Sin embargo, la pediatra Vargas considera que el amamantar a un niño o niña por más de dos años es innecesario, aunque apunta que la lactancia materna siempre será saludable para el infante.
La mejor forma de hacerlo
El “cortar” con una costumbre siempre será difícil en los primeros días, y probablemente te sientas culpable durante el proceso de “destete”, pues tu hijo lo va a extrañar y va a exigir con llantos y pataletas el que le “des el seno”.
Los expertos recomiendan que cuando se presenten estas situaciones, la mejor forma de tranquilizarlo es cargarlo (la reacción inmediata del niño será buscar el pecho, no te sorprendas de eso), darle un masaje suave y sacarlo a dar un paseo. Con esto lo vas a distraer y al mismo tiempo le dedicas atención, lo cual es una de las cosas que más extrañan durante la etapa de la lactancia.
En el caso de que tu hijo no acepte el biberón para tomar la leche y éste tiene más de un año, se recomienda que se la proporciones con un vaso (de los que vienen con tapas para facilitarle al infante la ingesta). Verás cómo poco a poco entenderá que existen diferentes formas de alimentarse.
Los cambios deben ser progresivos
Vargas recomienda que el “destete” se debe hacer sustituyendo la leche materna gradualmente después de completar el período de lactancia con otros alimentos que incluyan derivados lácteos u otros tipos de leche en fórmulas.
Si de “golpe” dejas de lactar a tu bebé, tu cuerpo seguirá produciendo la misma cantidad de leche que estaba acostumbrado. Esto no es bueno porque se pueden tapar los conductos de leche en tus pechos, inflamarse e incluso infectarse. Cuando se produce una infección, la zona se enrojece, duele mucho y a la madre le da fiebre.
Recuerda que este es un proceso en el que deben cuidarse ambos (tanto la madre como el niño). Tómate tu tiempo y disfruta de todas las etapa de tus hijos.
Por HELEN JÁQUEZ
No es recomendable dejar de “dar el seno” antes de los seis meses de edad del bebé. |
El cuerpo de la mujer está “diseñado” para albergar durante nueve meses a su cría, y posterior al alumbramiento continuar proveyéndole alimento por un buen tiempo a través de la lactancia.Lactar, según múltiples estudios que se han realizado confirman, es la mejor manera no solo de alimentar al infante, pues la leche materna contiene una serie de vitaminas y minerales esenciales para el crecimiento y desarrollo del pequeño; sino que también es una forma de crear y fortalecer el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Esto es algo que lo confirma la pediatra María Vargas, quien asegura que “dar el seno” protege al niño o niña de numerosas enfermedades infecciosas y de tipo inmunitaria, como por ejemplo, la diabetes, además de aportar calcio y fósforo, elementos vitales para el desarrollo de los huesos.
La pediatra comenta que los motivos más frecuentes por los cuales una madre decide no amamantar se deben a “la vida moderna donde la madre actual tiene prolongado horario de trabajo; otro motivo indicado por muchas madres es la errada idea de no producir suficiente cantidad de leche”.
El que la madre no amamante a sus hijos, ya sea por una decisión personal, prejuicios o algún impedimento externo, según Vargas, puede provocar en los mismos (los niños) una mala respuesta inmunológica a las enfermedades y una nutrición deficiente en la mayoría de los casos.
¿Cuándo dejar de lactar?
Vargas recomienda amamantar al infante por lo menos los primeros seis meses de edad, siendo la leche materna el único alimento a ingerir por el bebé durante este tiempo (ni siquiera agua), algo que también aconseja la Organización Mundial de la Salud, OMS; y sólo proporcionarle gotas o jarabes que contengan vitaminas o minerales en caso de que lo necesiten.
“Recomiendo que a partir de los seis meses se comience a darle de comer al pequeño, porque antes de ese tiempo no necesita otro alimento que no sea la leche materna. Pero luego de este período, se debe continuar con la leche materna en combinación con los alimentos propios de su edad hasta completar el año de edad”, comenta la experta.
Pero durante este proceso de “destete” muchas madres eliminan completamente la leche materna de la dieta diaria del infante, algo que la antropóloga norteamericana, profesora en la Universidad de Delaware en Newark, Katherine Dettwyler desaprueba.
Según Dettwyler, quien se ha especializado en el estudio de la lactancia materna, los seres humanos alcanzan autonomía inmunológica a los seis años de edad, lo que sugiere que a través del más reciente pasado evolutivo del hombre, los agentes inmunes contenidos en la leche materna estaban normalmente disponibles para el niño hasta aproximadamente esta edad, por lo que considera que la edad natural del destete de los humanos es entre los dos años y medio y los sietes años de edad.
Otra entidad que apoya la lactancia prolongada es la Academia Americana de Pediatría, la cual afirma que no existe un límite de tiempo para que el infante reciba la leche materna, y que tampoco existe una evidencia palpable de que este proceso de alimentación le pueda afectar psicológicamente; aunque algunos expertos de la conducta humana consideran que el hecho de que un niño que no haya superado la etapa del “desteto” puede tener problemas para ser un individuo independiente.
Sin embargo, la pediatra Vargas considera que el amamantar a un niño o niña por más de dos años es innecesario, aunque apunta que la lactancia materna siempre será saludable para el infante.
La mejor forma de hacerlo
El “cortar” con una costumbre siempre será difícil en los primeros días, y probablemente te sientas culpable durante el proceso de “destete”, pues tu hijo lo va a extrañar y va a exigir con llantos y pataletas el que le “des el seno”.
Los expertos recomiendan que cuando se presenten estas situaciones, la mejor forma de tranquilizarlo es cargarlo (la reacción inmediata del niño será buscar el pecho, no te sorprendas de eso), darle un masaje suave y sacarlo a dar un paseo. Con esto lo vas a distraer y al mismo tiempo le dedicas atención, lo cual es una de las cosas que más extrañan durante la etapa de la lactancia.
En el caso de que tu hijo no acepte el biberón para tomar la leche y éste tiene más de un año, se recomienda que se la proporciones con un vaso (de los que vienen con tapas para facilitarle al infante la ingesta). Verás cómo poco a poco entenderá que existen diferentes formas de alimentarse.
Los cambios deben ser progresivos
Vargas recomienda que el “destete” se debe hacer sustituyendo la leche materna gradualmente después de completar el período de lactancia con otros alimentos que incluyan derivados lácteos u otros tipos de leche en fórmulas.
Si de “golpe” dejas de lactar a tu bebé, tu cuerpo seguirá produciendo la misma cantidad de leche que estaba acostumbrado. Esto no es bueno porque se pueden tapar los conductos de leche en tus pechos, inflamarse e incluso infectarse. Cuando se produce una infección, la zona se enrojece, duele mucho y a la madre le da fiebre.
Recuerda que este es un proceso en el que deben cuidarse ambos (tanto la madre como el niño). Tómate tu tiempo y disfruta de todas las etapa de tus hijos.
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