Herencia. Las cuatro sobrinas del colaborador de Hitler heredaron alrededor de 1,500 millones de marcos alemanes
Influyente ministro de propaganda nazi
Bloomberg News.-En la primavera de 1945, Harald Quandt, un oficial de 23 años de la Luftwaffe alemana, se encontraba prisionero de las fuerzas aliadas en la ciudad portuaria libia de Bengazi cuando recibió una carta de despedida de su madre, Magda Goebbels, la esposa del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels.
La carta escrita a mano confirmaba la devastadora noticia que había escuchado semanas antes, que su madre se había suicidado con su esposo el 1 de mayo luego de administrar a sus seis hijos cápsulas de cianuro en el búnker subterráneo de Adolf Hitler en Berlín.
“¡Querido hijo! Hace ya seis días que papá, tus seis hermanos pequeños y yo nos encontramos en el Fuehrerbunker para dar a nuestras vidas nacionalsocialistas el único fin digno posible”, escribió.
“Harald, querido hijo, quiero transmitirte lo que aprendí en la vida. ¡Sé leal! ¡Leal a ti mismo, leal a la gente y leal a tu país!”.
Quandt fue liberado en 1947. Siete años más tarde, él y su medio hermano Herbert –Harald era el único hijo que quedaba del primer matrimonio de Magda Goebbels- heredaron el imperio industrial que había construido su padre, Guenther Quandt.
Los hermanos se hicieron cargo de la empresa, que había producido armas Mauser y misiles antiaéreos para la maquinaria bélica del Tercer Reich.
Sus activos más valiosos fueron las participaciones en las compañías automotrices Bayerische Motoren Werke AG y Daimler AG.
Los medio hermanos murieron hace décadas, pero su legado ha perdurado. La viuda de Herbert, Johanna Quandt, de 86 años, y sus hijos, Susanne Klatten y Stefan Quandt, son figuras conocidas en su condición de principales accionistas de BMW.
Las hijas multimillonarias de Harald Quandt –Katarina Geller-Herr, Gabriele Quandt, Anette-Angelika May-Thies y Colleen-Bettina Rosenblat-Mo, de 61, 60,58 y 50 años respectivamente- han mantenido un perfil bajo.
Las cuatro hermanas heredaron alrededor de 1,500 millones de marcos alemanes (US$760 millones) tras la muerte de su madre, Inge, en 1978, según la biografía autorizada de la familia, “Die Quandts”.
Administran su riqueza a través de Harald Quandt Holding GmbH, una compañía familiar de inversión que tiene sede en Bad Homburg, Alemania, y un trust que lleva el nombre de su padre. El Dr. Fritz Becker, el máximo responsable ejecutivo de las entidades familiares, dijo que tuvieron retornos anuales por encima del 7 por ciento desde su fundación, en 1981, hasta 1996. Desde entonces, los retornos han promediado el 7,6 por ciento.
“La familia quiere mantenerse en privado, y a mí me parece una situación aceptable”, dijo Becker en una entrevista en su oficina de Bad Homburg.
“Invertimos nuestro dinero en el ámbito global. ¿A quién le importa si se trata de 1.000 millones de dólares, 500 millones dólares o 3.000 millones de dólares?”.
En conjunto, las cuatro hermanas –y los dos hijos de un hermano muerto- comparten una fortuna de por lo menos 6,000 millones de dólares, lo que da a cada uno un patrimonio neto de US$1,200 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Nunca han aparecido de forma individual como millonarios ni figuran en ningún ranking internacional de riqueza.
El ascenso de la familia Quandt sigue la misma trayectoria que la búsqueda alemana de dominación global en el siglo XX. Comenzó en 1883, cuando Emil Quandt adquirió una compañía textil propiedad de su extinto suegro. A principios de siglo, Emil transfirió la empresa a su hijo mayor, Guenther.
Becker se negó a proporcionar la cifra exacta que el holding administra para las cuatro hermanas.
Influyente ministro de propaganda nazi
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| Joseph Goebbels era el encargado de la propaganda del Gobierno del dictador Adolfo Hitler. |
Bloomberg News.-En la primavera de 1945, Harald Quandt, un oficial de 23 años de la Luftwaffe alemana, se encontraba prisionero de las fuerzas aliadas en la ciudad portuaria libia de Bengazi cuando recibió una carta de despedida de su madre, Magda Goebbels, la esposa del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels.
La carta escrita a mano confirmaba la devastadora noticia que había escuchado semanas antes, que su madre se había suicidado con su esposo el 1 de mayo luego de administrar a sus seis hijos cápsulas de cianuro en el búnker subterráneo de Adolf Hitler en Berlín.
“¡Querido hijo! Hace ya seis días que papá, tus seis hermanos pequeños y yo nos encontramos en el Fuehrerbunker para dar a nuestras vidas nacionalsocialistas el único fin digno posible”, escribió.
“Harald, querido hijo, quiero transmitirte lo que aprendí en la vida. ¡Sé leal! ¡Leal a ti mismo, leal a la gente y leal a tu país!”.
Quandt fue liberado en 1947. Siete años más tarde, él y su medio hermano Herbert –Harald era el único hijo que quedaba del primer matrimonio de Magda Goebbels- heredaron el imperio industrial que había construido su padre, Guenther Quandt.
Los hermanos se hicieron cargo de la empresa, que había producido armas Mauser y misiles antiaéreos para la maquinaria bélica del Tercer Reich.
Sus activos más valiosos fueron las participaciones en las compañías automotrices Bayerische Motoren Werke AG y Daimler AG.
Los medio hermanos murieron hace décadas, pero su legado ha perdurado. La viuda de Herbert, Johanna Quandt, de 86 años, y sus hijos, Susanne Klatten y Stefan Quandt, son figuras conocidas en su condición de principales accionistas de BMW.
Las hijas multimillonarias de Harald Quandt –Katarina Geller-Herr, Gabriele Quandt, Anette-Angelika May-Thies y Colleen-Bettina Rosenblat-Mo, de 61, 60,58 y 50 años respectivamente- han mantenido un perfil bajo.
Las cuatro hermanas heredaron alrededor de 1,500 millones de marcos alemanes (US$760 millones) tras la muerte de su madre, Inge, en 1978, según la biografía autorizada de la familia, “Die Quandts”.
Administran su riqueza a través de Harald Quandt Holding GmbH, una compañía familiar de inversión que tiene sede en Bad Homburg, Alemania, y un trust que lleva el nombre de su padre. El Dr. Fritz Becker, el máximo responsable ejecutivo de las entidades familiares, dijo que tuvieron retornos anuales por encima del 7 por ciento desde su fundación, en 1981, hasta 1996. Desde entonces, los retornos han promediado el 7,6 por ciento.
“La familia quiere mantenerse en privado, y a mí me parece una situación aceptable”, dijo Becker en una entrevista en su oficina de Bad Homburg.
“Invertimos nuestro dinero en el ámbito global. ¿A quién le importa si se trata de 1.000 millones de dólares, 500 millones dólares o 3.000 millones de dólares?”.
En conjunto, las cuatro hermanas –y los dos hijos de un hermano muerto- comparten una fortuna de por lo menos 6,000 millones de dólares, lo que da a cada uno un patrimonio neto de US$1,200 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Nunca han aparecido de forma individual como millonarios ni figuran en ningún ranking internacional de riqueza.
El ascenso de la familia Quandt sigue la misma trayectoria que la búsqueda alemana de dominación global en el siglo XX. Comenzó en 1883, cuando Emil Quandt adquirió una compañía textil propiedad de su extinto suegro. A principios de siglo, Emil transfirió la empresa a su hijo mayor, Guenther.
Becker se negó a proporcionar la cifra exacta que el holding administra para las cuatro hermanas.
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