Escrito por: David Álvarez Martin
(davidalvarez144@yahoo.com)
La muerte de Chávez ha sido el acontecimiento político más importante del siglo XXI en América Latina.
Su impronta en todo el continente será motivo de muchos estudios. Es muy temprano para evaluarlo.
Una cosa es segura, es insustituible en Venezuela o América Latina.
Explicar su origen político desde antes del intento de Golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez nos remite a una casta de militares latinoamericanos, que con diversos matices, se forjaron en el ideal nacionalista, latinoamericanista y antimperialista. Por supuesto en nuestro país pensamos en un Caamaño.
Su ascenso al poder mediante las elecciones y las sucesivas elecciones que ganó tienen como clave su uso del petroleo al servicio de los más pobres de Venezuela y su solidaridad con los pueblos latinoamericanos, especialmente los caribeños y centroamericanos, en lo que se conoce como Petrocaribe.
Fue un líder carismático, aunque la derecha lo encasilló como caudillista y populista, ya que el apelativo de comunista está en desuso. El pueblo lo adoraba, las clases medias desconfiaban de él, y la clase alta lo odiaba visceralmente.
Los sectores del poder norteamericano no lo podían entender, no cabía dentro de sus esquemas, mientras les suministraba petroleo de manera segura los atacaba con discursos encendidos. Obama, estoy seguro, ni siquiera leyó el libro de Galeano que le regaló.
Hay chavismo para rato, en su patria chica y en la patria grande, nadie lo dude. Murió un líder y nació un mito. Para los enemigos de América Latina, externos e internos, el Chávez actual será más peligroso que el Chávez vivo. ¡Todos somos Chávez!
(davidalvarez144@yahoo.com)
La muerte de Chávez ha sido el acontecimiento político más importante del siglo XXI en América Latina.
Su impronta en todo el continente será motivo de muchos estudios. Es muy temprano para evaluarlo.
Una cosa es segura, es insustituible en Venezuela o América Latina.
Explicar su origen político desde antes del intento de Golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez nos remite a una casta de militares latinoamericanos, que con diversos matices, se forjaron en el ideal nacionalista, latinoamericanista y antimperialista. Por supuesto en nuestro país pensamos en un Caamaño.
Su ascenso al poder mediante las elecciones y las sucesivas elecciones que ganó tienen como clave su uso del petroleo al servicio de los más pobres de Venezuela y su solidaridad con los pueblos latinoamericanos, especialmente los caribeños y centroamericanos, en lo que se conoce como Petrocaribe.
Fue un líder carismático, aunque la derecha lo encasilló como caudillista y populista, ya que el apelativo de comunista está en desuso. El pueblo lo adoraba, las clases medias desconfiaban de él, y la clase alta lo odiaba visceralmente.
Los sectores del poder norteamericano no lo podían entender, no cabía dentro de sus esquemas, mientras les suministraba petroleo de manera segura los atacaba con discursos encendidos. Obama, estoy seguro, ni siquiera leyó el libro de Galeano que le regaló.
Hay chavismo para rato, en su patria chica y en la patria grande, nadie lo dude. Murió un líder y nació un mito. Para los enemigos de América Latina, externos e internos, el Chávez actual será más peligroso que el Chávez vivo. ¡Todos somos Chávez!
0 comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR VISITAR GAZCUE Y DEJAR TU COMENTARIO.