"Cometí una imprudencia", confesó el periodista Huchi Lora, mediador y rehén del secuestrador
SD. Fueron más de doce horas de drama en tiempo real. Su protagonista: el médico cirujano Cristóbal Payano, quien abrumado por las deudas y con una careta de payaso, decidió asaltar una sucursal del Banco del Progreso. Decisión que le costó la vida a él y a una joven. Hoy se cumplen 20 años de ese suceso.
"Una experiencia que difícilmente repetiría", confiesa el periodista Huchi Lora, quien se ofreció de mediador para lograr la salida de Payano del local -ubicado hoy en día en el mismo lugar de hace dos décadas en la avenida Independencia con Socorro Sánchez-, y lograr que cuatro rehenes salieran ilesas. Él se convirtió en un quinto rehén. "Lo subestimé y sobreestimé mi habilidad para convencerlo", dice.
El asalto- secuestro inició pasado el mediodía del primero de marzo de 1993, y finalizó en la madrugada del día siguiente. La situación mantuvo en vilo a la ciudadanía.
Tras fallar todas las negociaciones, Lora se ofreció como mediador. "Fuga o muerte" repetía Payano con frecuencia, recuerda Lora, frase que titula el libro en que recoge los detalles de este hecho.
El desenlace fue trágico para una de las últimas cuatro rehenes (eran 12 cuando inició el asalto, de acuerdo con los informativos de la época): Celeste Paulino murió de un disparo en la cabeza en el tiroteo entre Payano y policías.
Lora apunta que, gracias a los videos, se determinó que el tiro que mató a la joven lo realizó el asaltante, a pesar de la creencia de que fue la Policía.
Payano murió de múltiples disparos hechos por agentes en el lugar.
De izquierda a derecha: Huchi Lora, Cristóbal Payano (con careta), Hilda Suero, Celeste Paulino (fallecida) y María del Carmen Cabral. |
SD. Fueron más de doce horas de drama en tiempo real. Su protagonista: el médico cirujano Cristóbal Payano, quien abrumado por las deudas y con una careta de payaso, decidió asaltar una sucursal del Banco del Progreso. Decisión que le costó la vida a él y a una joven. Hoy se cumplen 20 años de ese suceso.
"Una experiencia que difícilmente repetiría", confiesa el periodista Huchi Lora, quien se ofreció de mediador para lograr la salida de Payano del local -ubicado hoy en día en el mismo lugar de hace dos décadas en la avenida Independencia con Socorro Sánchez-, y lograr que cuatro rehenes salieran ilesas. Él se convirtió en un quinto rehén. "Lo subestimé y sobreestimé mi habilidad para convencerlo", dice.
El asalto- secuestro inició pasado el mediodía del primero de marzo de 1993, y finalizó en la madrugada del día siguiente. La situación mantuvo en vilo a la ciudadanía.
Tras fallar todas las negociaciones, Lora se ofreció como mediador. "Fuga o muerte" repetía Payano con frecuencia, recuerda Lora, frase que titula el libro en que recoge los detalles de este hecho.
El desenlace fue trágico para una de las últimas cuatro rehenes (eran 12 cuando inició el asalto, de acuerdo con los informativos de la época): Celeste Paulino murió de un disparo en la cabeza en el tiroteo entre Payano y policías.
Lora apunta que, gracias a los videos, se determinó que el tiro que mató a la joven lo realizó el asaltante, a pesar de la creencia de que fue la Policía.
Payano murió de múltiples disparos hechos por agentes en el lugar.
buehn
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