Por José Mercader
El eterno caos del tránsito se resuelve muy fácil desde los datos de Onésimo (sin x) González de que se generan 60 millones diarios que dan para todo. Entonces, aplicando Filosofía:
El Estado no necesita invertir un solo chele. La Omsa es guaguasuficiente.
Se puede pagar nómina tenga o no tenga botellas, luz y agua.
Se pueden remozar las chatarras vergonzosas.
Se puede comprar tantas nuevas como sea necesario.
Se pueden incluir nuevas líneas con los choferes de los actuales sindicatos o Padres-de- Familia, pero sin la cúpula del Turpén de Harold.
Se puede crear horarios de 4 horas para que se elimine la Jon del Diablo y vuelva la amabilidad perdida.
Cada cinco minutos puede pasar una guagua, que de seguro los riquitos llamarán bus, con puntualidad y limpieza.
Eso sí, el cobro tiene que hacerse con fichas o con tarjetas magnéticas y con un contador automático en la entrada de cada guagua. Con las ganancias el Gobierno puede reducir los efectos del Paquetazo.
El trasero puede ser vendido (de la guagua) como espacio publicitario para mantenimiento y adecentamiento del servicio.
Las calles estarán tan vacías sin voladoras y conchos que no habrá NUNCA tapones y hasta pueden crearse vías para bicicletas.
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| Onésimo González. |
El Estado no necesita invertir un solo chele. La Omsa es guaguasuficiente.
Se puede pagar nómina tenga o no tenga botellas, luz y agua.
Se pueden remozar las chatarras vergonzosas.
Se puede comprar tantas nuevas como sea necesario.
Se pueden incluir nuevas líneas con los choferes de los actuales sindicatos o Padres-de- Familia, pero sin la cúpula del Turpén de Harold.
Se puede crear horarios de 4 horas para que se elimine la Jon del Diablo y vuelva la amabilidad perdida.
Cada cinco minutos puede pasar una guagua, que de seguro los riquitos llamarán bus, con puntualidad y limpieza.
Eso sí, el cobro tiene que hacerse con fichas o con tarjetas magnéticas y con un contador automático en la entrada de cada guagua. Con las ganancias el Gobierno puede reducir los efectos del Paquetazo.
El trasero puede ser vendido (de la guagua) como espacio publicitario para mantenimiento y adecentamiento del servicio.
Las calles estarán tan vacías sin voladoras y conchos que no habrá NUNCA tapones y hasta pueden crearse vías para bicicletas.
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