Cuando Lamar Odom era jugador de los Lakers, en el vestuario angelino siempre podía verse una enorme fuente rebosante de golosinas. El jugador tenía auténtico vicio por las chuches y engullía todo tipo de gominolas, regalices o barras de chocolate con cereales. Estas eran sus preferidas. Era el único vicio que se le conocía entonces, tras haber sido suspendido en 2001 por incumplir la política antidrogas de la NBA.
Ese episodio parecía olvidado, pero recobró actualidad en verano cuando el ex jugador de Clippers, Heat, Mavericks y Lakers llevaba 72 horas en paradero desconocido. El web desvelaba que la preocupación de sus allegados era que hubiese sucumbido al crack, una peligrosa mezcla de cocaína con bicarbonato sódico que presuntamente fumaba y cuyos efectos son tan adictivos como peligrosos.
Al final fue localizado: "Se encuentra en un hotel, rodeado de amigos, tratando de luchar contra su problema con las drogas", una versión que distaba mucho de la del prestigioso analista de la NBA Marc Stein, quien aseguraba que ni siquiera su mujer, la mediática Khloe Kardashian, sabía de su paradero.
Jeff Schwartz, agente del jugador, replicó al periodista y aseguró que la esposa de Odom sabía perfectamente dónde estaba su marido. Apuntó, además, que su representado se encontraba en un hotel de Los Ángeles que no quiso especificar. "Lamar no está perdido. Su mujer sabe exactamente dónde está", dijo.
Su matrimonio con esa celebrity despertó viejos demonios dentro de Odom, que incluso llegó a participar con su pareja en un reality show televisivo. La experiencia fue traumática para él, como confesó después, y estar siempre en el papel couché afectó a su concentración, perjudicó su imagen y salpicó a su juego, que empeoró notablemente.
Odom, que fue número 4 del draft de la NBA en 1999, ha ganado dos anillos de campeón. Pero el éxito no solapó los efectos secundarios de su penoso pasado y de una vida ligada a las desgracias. Su padre es adicto a la cocaína, se quedó huérfano de madre con 12 años y le crió su abuela. En 2006 perdió a su bebé de seis meses de muerte súbita y en 2011 protagonizó un accidente de coche en el que murió un chico de 15 años. Casi nada. A lo peor su conciencia nunca estuvo en paz.
Su agente recordó en verano que su representado, que es agente libre tras acabar contrato con los Clippers -su nombre llegó a sonar para los Lakers y los propios Clippers otra vez- tiene pensado seguir en activo y en la élite: "Jugar en la NBA sigue siendo una parte muy importante de sus planes".
Su fichaje por el Baskonia podría ser el primer paso para demostrar que sigue siendo un jugador de primer nivel apto para la NBA.
Ese episodio parecía olvidado, pero recobró actualidad en verano cuando el ex jugador de Clippers, Heat, Mavericks y Lakers llevaba 72 horas en paradero desconocido. El web desvelaba que la preocupación de sus allegados era que hubiese sucumbido al crack, una peligrosa mezcla de cocaína con bicarbonato sódico que presuntamente fumaba y cuyos efectos son tan adictivos como peligrosos.
Al final fue localizado: "Se encuentra en un hotel, rodeado de amigos, tratando de luchar contra su problema con las drogas", una versión que distaba mucho de la del prestigioso analista de la NBA Marc Stein, quien aseguraba que ni siquiera su mujer, la mediática Khloe Kardashian, sabía de su paradero.
Jeff Schwartz, agente del jugador, replicó al periodista y aseguró que la esposa de Odom sabía perfectamente dónde estaba su marido. Apuntó, además, que su representado se encontraba en un hotel de Los Ángeles que no quiso especificar. "Lamar no está perdido. Su mujer sabe exactamente dónde está", dijo.
Su matrimonio con esa celebrity despertó viejos demonios dentro de Odom, que incluso llegó a participar con su pareja en un reality show televisivo. La experiencia fue traumática para él, como confesó después, y estar siempre en el papel couché afectó a su concentración, perjudicó su imagen y salpicó a su juego, que empeoró notablemente.
Odom, que fue número 4 del draft de la NBA en 1999, ha ganado dos anillos de campeón. Pero el éxito no solapó los efectos secundarios de su penoso pasado y de una vida ligada a las desgracias. Su padre es adicto a la cocaína, se quedó huérfano de madre con 12 años y le crió su abuela. En 2006 perdió a su bebé de seis meses de muerte súbita y en 2011 protagonizó un accidente de coche en el que murió un chico de 15 años. Casi nada. A lo peor su conciencia nunca estuvo en paz.
Su agente recordó en verano que su representado, que es agente libre tras acabar contrato con los Clippers -su nombre llegó a sonar para los Lakers y los propios Clippers otra vez- tiene pensado seguir en activo y en la élite: "Jugar en la NBA sigue siendo una parte muy importante de sus planes".
Su fichaje por el Baskonia podría ser el primer paso para demostrar que sigue siendo un jugador de primer nivel apto para la NBA.
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