Por Herbert Stern
Considerado por muchos como el precursor de la cirugía moderna en nuestro país, fue un destacado ciudadano. Nació en Santo Domingo en enero del 1859, en la calle Isabel la Católica. Recibió su título de licenciado en Medicina y Cirugía en el Instituto Profesional en el 1887.
Como era la costumbre de la época consiguió una beca y se marchó a París en donde recibió su Doctorado en Medicina en el 1891. En su larga hoja de servicios a la patria encontramos que en 1879 había fundado la “Escuela Preparatoria” junto a José Pantaleón Castillo. En 1880 había contraído matrimonio con Salomé Ureña, excelsa poetisa. Durante esa época era el asistente personal de Monseñor Fernando Arturo de Meriño.
En el Listín Diario del 15 de julio del 1891 se reportaba que el doctor Francisco Henríquez y Carvajal había enviado los pliegos de su tesis doctoral para que fueran impresos en el país. Su tesis fue sobre “El Engrosamiento Ganglionar en la Rubeola”. En junio del 1891 en el Listín Diario se informó que su tesis fue presentada con éxito ante un Jurado presidido por el eminente profesor Dieulafois, Médico en Jefe del Hospital Necker de París.
El doctor Henríquez y Carvajal llegó al país en julio de 1891 y trajo los novedosos conceptos de asepsia y antisepsia que Pasteur y sus colaboradores ya habían convertido en norma en Europa.
En los hospitales franceses ya era corriente el uso del autoclave. El doctor Henríquez y Carvajal introdujo en el país los conceptos de la cirugía moderna y se encontró de frente con la cruda realidad de que no existían los recursos humanos para apoyar su empeño. No había concepto quirúrgico en el personal auxiliar hospitalario. El doctor Henríquez y Carvajal hacía cirugía en las casas, operaba casos muy difíciles, algunos con gran éxito y otros con resultados fatales. Durante dos años labora en Santo Domingo impulsando la cirugía en nuestro país.
Tan pronto se instaló en la Ciudad de Santo Domingo anuncio una serie de conferencias sobre temas de higiene pública. Esas conferencias tuvieron lugar en la Sociedad “Amigos del País” situada en un espacioso local en el Parque Colón.
Debido a las condiciones políticas se muda a Cabo Haitiano en el 1893 hasta 1899 cuando regresa al país, tras el ajusticiamiento de Ulises Hereaux. Es nombrado Ministro en el Gobierno de Juan Isidro Jiménez del 1899 al 1902, y desde ese momento mostró su gran dedicación y disposición para servir a su patria, ocupando el cargo de Secretario de Relaciones Exteriores.
También fue colaborador de su esposa Salomé en el Instituto de Señoritas. En 1907 fue Ministro Plenipotenciario a la Convención de La Haya, de donde regresó con los documentos que regulaban la deuda dominicana frente a los deudores internacionales, entre ellos Estados Unidos. Ese convenio no fue ratificado por el Senado Dominicano y constituyó la base que utilizarían los norteamericanos para la ocupación militar en el 1916. Precisamente en ese año ocupaba la Presidencia de la República el doctor Francisco Henríquez y Carvajal, quien recibió la notificación del presidente Wilson sobre la ocupación militar para tomar el control de las Aduanas y recuperar el dinero prestado.
Henríquez y Carvajal se opuso firmemente a esta situación y se convirtió en el Presidente en el exilio de la Junta Nacionalista Dominicana. Se trasladó a Santiago de Cuba en donde ejerció y vivió hasta su muerte en 1935. Una vida ejemplar como médico, cirujano, patriota y educador dedicada a servir los mejores intereses de la nación.
Doctor Francisco Henríquez y Carvajal. |
Como era la costumbre de la época consiguió una beca y se marchó a París en donde recibió su Doctorado en Medicina en el 1891. En su larga hoja de servicios a la patria encontramos que en 1879 había fundado la “Escuela Preparatoria” junto a José Pantaleón Castillo. En 1880 había contraído matrimonio con Salomé Ureña, excelsa poetisa. Durante esa época era el asistente personal de Monseñor Fernando Arturo de Meriño.
En el Listín Diario del 15 de julio del 1891 se reportaba que el doctor Francisco Henríquez y Carvajal había enviado los pliegos de su tesis doctoral para que fueran impresos en el país. Su tesis fue sobre “El Engrosamiento Ganglionar en la Rubeola”. En junio del 1891 en el Listín Diario se informó que su tesis fue presentada con éxito ante un Jurado presidido por el eminente profesor Dieulafois, Médico en Jefe del Hospital Necker de París.
El doctor Henríquez y Carvajal llegó al país en julio de 1891 y trajo los novedosos conceptos de asepsia y antisepsia que Pasteur y sus colaboradores ya habían convertido en norma en Europa.
En los hospitales franceses ya era corriente el uso del autoclave. El doctor Henríquez y Carvajal introdujo en el país los conceptos de la cirugía moderna y se encontró de frente con la cruda realidad de que no existían los recursos humanos para apoyar su empeño. No había concepto quirúrgico en el personal auxiliar hospitalario. El doctor Henríquez y Carvajal hacía cirugía en las casas, operaba casos muy difíciles, algunos con gran éxito y otros con resultados fatales. Durante dos años labora en Santo Domingo impulsando la cirugía en nuestro país.
Tan pronto se instaló en la Ciudad de Santo Domingo anuncio una serie de conferencias sobre temas de higiene pública. Esas conferencias tuvieron lugar en la Sociedad “Amigos del País” situada en un espacioso local en el Parque Colón.
Debido a las condiciones políticas se muda a Cabo Haitiano en el 1893 hasta 1899 cuando regresa al país, tras el ajusticiamiento de Ulises Hereaux. Es nombrado Ministro en el Gobierno de Juan Isidro Jiménez del 1899 al 1902, y desde ese momento mostró su gran dedicación y disposición para servir a su patria, ocupando el cargo de Secretario de Relaciones Exteriores.
También fue colaborador de su esposa Salomé en el Instituto de Señoritas. En 1907 fue Ministro Plenipotenciario a la Convención de La Haya, de donde regresó con los documentos que regulaban la deuda dominicana frente a los deudores internacionales, entre ellos Estados Unidos. Ese convenio no fue ratificado por el Senado Dominicano y constituyó la base que utilizarían los norteamericanos para la ocupación militar en el 1916. Precisamente en ese año ocupaba la Presidencia de la República el doctor Francisco Henríquez y Carvajal, quien recibió la notificación del presidente Wilson sobre la ocupación militar para tomar el control de las Aduanas y recuperar el dinero prestado.
Henríquez y Carvajal se opuso firmemente a esta situación y se convirtió en el Presidente en el exilio de la Junta Nacionalista Dominicana. Se trasladó a Santiago de Cuba en donde ejerció y vivió hasta su muerte en 1935. Una vida ejemplar como médico, cirujano, patriota y educador dedicada a servir los mejores intereses de la nación.
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