Karla Silva, la mexicana agredida el jueves, había recibido quejas de un alcalde por sus noticias
Karla Janeth Silva nunca supo nada de protocolos de seguridad. “Creo que todos los periodistas vivimos día a día pensando que podemos correr peligro, pero después lo olvidamos, porque estamos demasiado ocupados en nuestras tareas. Debemos hacer un esfuerzo para formarnos y saber con qué herramientas contamos para protegernos”. Silva tiene 24 años, es mexicana y el pasado jueves tres hombres irrumpieron en la oficina del diario en que trabaja para propinarle una paliza.
Se encontraba sola con una compañera. Ellas dos conforman la corresponsalía de El Heraldo de León en Silao, un municipio de 173.000 vecinos dedicado a la producción agrícola e industrial en el Estado central de Guanajuato. “Habían ido antes preguntando por mí, pero no estaba”, dice. Le patearon la cabeza, los brazos, las piernas. Una imagen difundida en las redes sociales después de la agresión muestra su rostro cubierto de sangre. Desde la redacción, Silva fue trasladada a la comisaría y de allí al hospital, donde estuvo casi un día ingresada.
Su voz, al otro lado del teléfono, sonaba este martes débil y asustada: “Los médicos me han solicitado reposo absoluto. Tengo un edema cerebral y dificultades en la vista”. Se escucha exhausta y responde prudente. “Corresponde a la autoridad determinar quiénes son los responsables, no quiero hacer señalamientos, pero yo no soy una persona que tenga problemas”. El que sí ha hablado tras el suceso es el subdirector editorial del medio, Carlos Martínez Vertti. Mientras la golpeaban, los agresores le advirtieron de que le “bajara de huevos [suavizara]“ a sus noticias, las cuales, según ha expresado Vertti, no gustaban al alcalde de Silao.
El Heraldo ha hecho público que la reportera sufría bloqueos informativos en el Ayuntamiento desde hacía meses. “Últimamente ha denunciado las carencias de los servicios municipales y la inseguridad que se vive en la ciudad”, declaraba este sábado Vertti a la organización Article 19, que defiende los derechos de los profesionales de los medios. “El alcalde [el priísta Enrique Benjamín Solís Arzola] no le daba entrevistas y un día le dijo: 'Oiga, ya no me tire tanto [no se meta conmigo]' en un tono algo serio, pero no amenazante, por lo cual llevaba bastante tiempo sin pedirle entrevistas”, describe el subdirector.
Aunque no alude a responsables, Silva reconoce que “sentía algo extraño los días antes” e informó de ello a “algunas personas”. Por seguridad, no quiere ser explícita ni comentar nada de su familia, que vive en la zona y también “está asustada”. El alcalde, en declaraciones a medios locales, se ha deslindado de los hechos.
Entre enero de 2007 y septiembre de 2014, 285 mujeres periodistas han sido atacadas en México, según datos de Article 19. En 132 casos se identificó al agresor como un funcionario público. En 127 la violencia fue física, en 66 hubo amenazas, en 43 actos de intimidación, se practicaron 19 detenciones arbitrarias y cinco mujeres perdieron la vida. En general, tan solo el año pasado se registraron 330 agresiones contra profesionales de los medios, y en lo que va de 2014 tres periodistas han sido asesinados.
El tono de Silva cambia cuando se le pregunta por la vuelta al trabajo: “Debo dimensionar lo sucedido; fue complicado, pero no tengo por qué dejar la ciudad o la profesión. Soy una persona activa y espero recuperarme pronto. Como dicen, no hay peor enemigo del hombre que el miedo”.
Karla Janeth Silva tras la agresión en una imagen difundida en redes sociales. |
Se encontraba sola con una compañera. Ellas dos conforman la corresponsalía de El Heraldo de León en Silao, un municipio de 173.000 vecinos dedicado a la producción agrícola e industrial en el Estado central de Guanajuato. “Habían ido antes preguntando por mí, pero no estaba”, dice. Le patearon la cabeza, los brazos, las piernas. Una imagen difundida en las redes sociales después de la agresión muestra su rostro cubierto de sangre. Desde la redacción, Silva fue trasladada a la comisaría y de allí al hospital, donde estuvo casi un día ingresada.
Su voz, al otro lado del teléfono, sonaba este martes débil y asustada: “Los médicos me han solicitado reposo absoluto. Tengo un edema cerebral y dificultades en la vista”. Se escucha exhausta y responde prudente. “Corresponde a la autoridad determinar quiénes son los responsables, no quiero hacer señalamientos, pero yo no soy una persona que tenga problemas”. El que sí ha hablado tras el suceso es el subdirector editorial del medio, Carlos Martínez Vertti. Mientras la golpeaban, los agresores le advirtieron de que le “bajara de huevos [suavizara]“ a sus noticias, las cuales, según ha expresado Vertti, no gustaban al alcalde de Silao.
El Heraldo ha hecho público que la reportera sufría bloqueos informativos en el Ayuntamiento desde hacía meses. “Últimamente ha denunciado las carencias de los servicios municipales y la inseguridad que se vive en la ciudad”, declaraba este sábado Vertti a la organización Article 19, que defiende los derechos de los profesionales de los medios. “El alcalde [el priísta Enrique Benjamín Solís Arzola] no le daba entrevistas y un día le dijo: 'Oiga, ya no me tire tanto [no se meta conmigo]' en un tono algo serio, pero no amenazante, por lo cual llevaba bastante tiempo sin pedirle entrevistas”, describe el subdirector.
Aunque no alude a responsables, Silva reconoce que “sentía algo extraño los días antes” e informó de ello a “algunas personas”. Por seguridad, no quiere ser explícita ni comentar nada de su familia, que vive en la zona y también “está asustada”. El alcalde, en declaraciones a medios locales, se ha deslindado de los hechos.
Entre enero de 2007 y septiembre de 2014, 285 mujeres periodistas han sido atacadas en México, según datos de Article 19. En 132 casos se identificó al agresor como un funcionario público. En 127 la violencia fue física, en 66 hubo amenazas, en 43 actos de intimidación, se practicaron 19 detenciones arbitrarias y cinco mujeres perdieron la vida. En general, tan solo el año pasado se registraron 330 agresiones contra profesionales de los medios, y en lo que va de 2014 tres periodistas han sido asesinados.
El tono de Silva cambia cuando se le pregunta por la vuelta al trabajo: “Debo dimensionar lo sucedido; fue complicado, pero no tengo por qué dejar la ciudad o la profesión. Soy una persona activa y espero recuperarme pronto. Como dicen, no hay peor enemigo del hombre que el miedo”.
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