Familiares y amigos junto al féretro de Lebrón Saviñón. |
“Fue un magnífico ciudadano, un buen padre, un buen hermano, un buen hijo, un buen esposo y un gran ciudadano. Fue un pilar de la dominicanidad. Magnífico poeta que siempre se ocupaba de llevar la historia del Duarte romántico y de sus valores a todo el pueblo dominicano. La patria ha perdido a un gran hombre”, expresó el presidente del Instituto Duartiano, José Joaquín Pérez Saviñón.
Los restos del poeta fueron expuestos en la funeraria Blandino hasta las 4:00 p.m., hora en que salió el sepelio hacia el cementerio Cristo Redentor, donde sus restos fueron sepultados.
El pediatra y fundador del movimiento de la Poesía Sorprendida, así como de la Academia Dominicana de Medicina y del Instituto Duartiano, se hizo acreedor a través de su obra literaria de la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Comendador, así como del premio Caonabo de Oro en 1988; el premio Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México (1992), y el Premio Nacional de Literatura (1999).
El ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, comentó que “Don Mariano traducía una elevada sensibilidad poco común y eso lo convirtió en un ser emblemático, admirado, querido y respetado por quienes tuvieron el privilegio de tratarlo”.
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