Por XAVIER FONTDEGLÒRIA
Con su inconfundible mono azul, gorra roja y bigote prominente, Super Mario sopló ayer tres velas para celebrar su trigésimo aniversario. Nintendo invitó a 700 seguidores a la fiesta de cumpleaños mientras varios artistas interpretaron para la mascota la pegadiza melodía que aparece en su primer videojuego. No es para menos. Super Mario alcanza los 30 convertido en un icono popular que se ha hecho un hueco privilegiado en la historia de los videojuegos y cuya franquicia sigue facturando millones de euros en todo el mundo.
Super Mario Bros salió en Japón el 13 de septiembre de 1985 y llegó a Estados Unidos meses después. Fue un éxito inmediato en un momento en que el mercado mundial de los videojuegos estaba en crisis. Las aventuras del fontanero, cuya misión era rescatar a la princesa Peach pasando por tuberías y evitar las plantas carnívoras, fueron toda una revolución por su diseño, historia y capacidad de atrapar a los jugadores. Este primer videojuego vendió más de 40 millones de copias. Algunos llegaron a comparar la influencia de Mario con la de Mickey Mouse.
Su fama le llevó a ser el protagonista de cientos de juegos de otra índole: desde lucha hasta deportes o carreras de karts. La franquicia ha comercializado más de 310 millones de juegos desde su creación, más de un millón por año. Y el propio Mario también ha evolucionado: de tener una cara prácticamente irreconocible (aunque identificable) en los ochenta debido a la limitación de 16x32 píxeles se volvió más expresivo y finalmente tridimensional. Le salieron compañeros, nuevos enemigos y cada vez más complicadas misiones a realizar.
Muchos, sin embargo, siguen fascinados por sus inicios. "Me encanta Mario. Juego desde que tenía cuatro o cinco años", asegura Masako Iwata, de 26 años, una de las invitadas a esta particular fiesta celebrada en Tokio, informa France Presse. El secreto de sus juegos, precisamente, es que convencen tanto a los jugadores empedernidos como a los recién llegados, a adultos y niños, a hombres y mujeres. Su creador, Shigeru Miyamoto, considerado uno de los grandes genios de la industria y ganador del Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2012, dice que la idea nació mientras viajaba en tren y se imaginaba a sí mismo saltando en los paisajes cercanos a Kioto, su ciudad natal.
Coincidiendo con el aniversario, la compañía presenta un nuevo juego (Super Mario Maker) en el que los usuarios pueden crear sus propios paisajes y compartirlos con amigos a través de Internet. Por primera vez los seguidores podrán decidir, por ejemplo, cuántos ladrillos poner o de dónde saldrá el champiñón que permite a Mario convertirse en Super Mario. Es el último paso de la compañía para lograr más interactividad con el jugador ante la cada vez mayor competencia y la complicada transición de las consolas a los dispositivos móviles. Nintendo se había resistido a entrar en este último mercado, pero ya hay planes de hacerlo con otras destacadas franquicias como Pokémon, y seguro que Super Mario no se quedará atrás. Los juegos protagonizados por este particular fontanero supusieron un tercio de los ingresos de Nintendo en 2014, así que su continuidad es vital para la empresa. Mario resiste la revolución en el mundo de los videojuegos con una salud de hierro y millones de fans.
Con su inconfundible mono azul, gorra roja y bigote prominente, Super Mario sopló ayer tres velas para celebrar su trigésimo aniversario. Nintendo invitó a 700 seguidores a la fiesta de cumpleaños mientras varios artistas interpretaron para la mascota la pegadiza melodía que aparece en su primer videojuego. No es para menos. Super Mario alcanza los 30 convertido en un icono popular que se ha hecho un hueco privilegiado en la historia de los videojuegos y cuya franquicia sigue facturando millones de euros en todo el mundo.
Super Mario Bros salió en Japón el 13 de septiembre de 1985 y llegó a Estados Unidos meses después. Fue un éxito inmediato en un momento en que el mercado mundial de los videojuegos estaba en crisis. Las aventuras del fontanero, cuya misión era rescatar a la princesa Peach pasando por tuberías y evitar las plantas carnívoras, fueron toda una revolución por su diseño, historia y capacidad de atrapar a los jugadores. Este primer videojuego vendió más de 40 millones de copias. Algunos llegaron a comparar la influencia de Mario con la de Mickey Mouse.
Su fama le llevó a ser el protagonista de cientos de juegos de otra índole: desde lucha hasta deportes o carreras de karts. La franquicia ha comercializado más de 310 millones de juegos desde su creación, más de un millón por año. Y el propio Mario también ha evolucionado: de tener una cara prácticamente irreconocible (aunque identificable) en los ochenta debido a la limitación de 16x32 píxeles se volvió más expresivo y finalmente tridimensional. Le salieron compañeros, nuevos enemigos y cada vez más complicadas misiones a realizar.
Muchos, sin embargo, siguen fascinados por sus inicios. "Me encanta Mario. Juego desde que tenía cuatro o cinco años", asegura Masako Iwata, de 26 años, una de las invitadas a esta particular fiesta celebrada en Tokio, informa France Presse. El secreto de sus juegos, precisamente, es que convencen tanto a los jugadores empedernidos como a los recién llegados, a adultos y niños, a hombres y mujeres. Su creador, Shigeru Miyamoto, considerado uno de los grandes genios de la industria y ganador del Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2012, dice que la idea nació mientras viajaba en tren y se imaginaba a sí mismo saltando en los paisajes cercanos a Kioto, su ciudad natal.
Coincidiendo con el aniversario, la compañía presenta un nuevo juego (Super Mario Maker) en el que los usuarios pueden crear sus propios paisajes y compartirlos con amigos a través de Internet. Por primera vez los seguidores podrán decidir, por ejemplo, cuántos ladrillos poner o de dónde saldrá el champiñón que permite a Mario convertirse en Super Mario. Es el último paso de la compañía para lograr más interactividad con el jugador ante la cada vez mayor competencia y la complicada transición de las consolas a los dispositivos móviles. Nintendo se había resistido a entrar en este último mercado, pero ya hay planes de hacerlo con otras destacadas franquicias como Pokémon, y seguro que Super Mario no se quedará atrás. Los juegos protagonizados por este particular fontanero supusieron un tercio de los ingresos de Nintendo en 2014, así que su continuidad es vital para la empresa. Mario resiste la revolución en el mundo de los videojuegos con una salud de hierro y millones de fans.
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