Con el valor de la debutante, una, y la ventaja de la experiencia, la otra, las candidatas fueron escogidas no solo por ser mujeres
Por Rafael Alonso Rijo
La vicepresidenta Margarita Cedeño y candidata a la reelección junto al presidente Danilo Medina, y Carolina Mejía, compañera de boleta como vicepresidenta de Luis Abinader, son dos figuras llamadas a demostrar en aportes políticos la justeza de las razones por las que fueron escogidas.
La selección de la candidatura vicepresidencial es una responsabilidad personal y política del candidato, quien a su vez toma en consideración factores como la presión que dentro de la organización se le hace para que se incline en determinada dirección.
Tanto el presidente Medina como Abinader debieron sopesar las condiciones y los aportes que a sus respectivas campañas pudieran hacer Margarita Cedeño y Carolina Mejía para escogerlas, más allá de la simple condición de mujer.
Al evaluar comparativamente los aportes que cada una hace y pueden hacer a sus respectivas campañas hay que partir de las necesidades que tenían los candidatos en el momento de escogerlas, así como las presentes y futuras para hacer el mejor papel en las elecciones de mayo.
Carolina Mejía
No tiene a la “Perra de Mamá Belica” como su eslogan de campaña, y mucho menos se puede esperar de ella que salga con “un dicho” en el momento menos pensado, pero quienes la han tratado aseguran que Rosa Carolina Mejía Gómez es heredera del carisma que ha hecho de su padre, el expresidente Hipólito Mejía, probablemente el político más popular y auténtico del país.
Este carisma ha hecho que en las pocas semanas que lleva en las calles ya se hable de que Carolina ha logrado convertirse en el valor agregado que necesita la campaña presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y fuerzas aliadas.
Economista, igual que Abinader, con varios cursos y maestría en el exterior en dirección de negocios y buena experiencia laboral en el sector privado, durante el gobierno de su padre Carolina Mejía también se desempeñó como Coordinadora del Consejo Asesor del Presidente de la República Dominicana.
También como Embajadora Adscrita a la Cancillería, Encargada de Acuerdos Comerciales y Miembro del Equipo coordinador para el Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos (DR-CAFTA), e igualmente fungió como Miembro Suplente de la Junta Monetaria.
Ademas de ello, Carolina fue y ha sido una permanente colaboradora del expresidente Hipólito Mejía en asuntos de Estado, y aunque no se le conoce una militancia política a tiempo completo, su arraigo dentro de las filas del PRM, específicamente dentro de la corriente hipolitista, dan al proyecto de Abinader el elemento de unidad necesaria para colocar en condiciones de disputar el poder, así como la carga experiencia en la cosa pública de que carece su compañero de boleta, como se le echa en cara.
La serenidad y capacidad expositiva de Carolina Mejía facilita a la campaña de Abinader la conexión necesaria con la mujer y sectores dentro del mundo religioso por su conocida convicción cristiana, y no son pocos quienes comienzan a ver en ella condiciones para heredar políticamente a su padre.
Margarita Cedeño
Igual que Carolina Mejía, la vicepresidenta Margarita Cedeño le da a la campaña de Danilo la frescura femenina.
Frente a Carolina, Margarita María Cedeño Lizardo de Fernández tiene la ventaja de ser la dominicana con más tiempo ocupando posiciones de poder en el Palacio Nacional: cuatro años de subconsultora jurídica del Poder Ejecutivo, ocho años de Primera Dama y cuatro años de Vicepresidenta de la República.
Es dueña de un amplio currículum: doctora en Derecho, con grado de Cum Laude, egresada en 1987 de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Tiene una maestría magna cum laude en Derecho Empresarial y Legislación Económica, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en 1995.
Su labor como Primera Dama y el hecho de estar al frente de las políticas sociales del Gobierno, colocan a Margarita Cedeño en un contacto permanente con los diferentes estratos de la sociedad, especialmente con los más pobres, lo que en sí mismo es la principal cantera para el proselitismo que necesita el proyecto reeleccionista.
Su condición de esposa del expresidente Leonel Fernández y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) contribuye a la unidad interna de la organización oficialista, pues como bien dijo el exmandatario, su compromiso con la victoria de la causa morada más que política, es conyugal.
Sin embargo, durante la precampaña interna del PLD en 2012 Margarita Cedeño demostró coraje y determinación política, así como raíces y seguidores dentro y fuera del partido, cualidades que se preocupa en cultivar.
Repetir con Margarita Cedeño como compañera de boleta, también afianza el alto nivel de simpatía que tiene Danilo Medina dentro de las mujeres, muchas de las cuales la vislumbran como la primera mujer presidenta de la República.
Experiencia de Margarita y la fortaleza de Carolina
Si se compara la experiencia política y los conocimientos en el manejo de la cosa pública de Margarita Cedeño con los de Carolina Mejía indudablemente que el fiel de la balanza se inclina hacia la vicepresidenta de la República. No obstante, como el yudo, la fuerza y fortaleza del adversario bien puede convertirse en su propia debilidad. Margarita Cedeño tiene tras de ella años dirigiendo políticas públicas que Carolina Mejía tiene que tratar de revertir a su favor los fracasos que identifique y hacer propuestas creíbles y sustentables que
desarmen el discurso de la vicepresidenta. Ésta, igualmente, está en el deber de no dejar que Carolina Mejía ponga en entredicho sus éxitos como gerente política, y demostrar que lo que ha hecho bien se puede multiplicar en otros cuatro años como la segunda persona al frente del Estado. Aunque en lo que va de campaña, y en el tramo que resta, es poco probable que ambas midan ideas.
Por Rafael Alonso Rijo
Margarita Cedeño y Carolina Mejía. |
La selección de la candidatura vicepresidencial es una responsabilidad personal y política del candidato, quien a su vez toma en consideración factores como la presión que dentro de la organización se le hace para que se incline en determinada dirección.
Tanto el presidente Medina como Abinader debieron sopesar las condiciones y los aportes que a sus respectivas campañas pudieran hacer Margarita Cedeño y Carolina Mejía para escogerlas, más allá de la simple condición de mujer.
Al evaluar comparativamente los aportes que cada una hace y pueden hacer a sus respectivas campañas hay que partir de las necesidades que tenían los candidatos en el momento de escogerlas, así como las presentes y futuras para hacer el mejor papel en las elecciones de mayo.
Carolina Mejía
No tiene a la “Perra de Mamá Belica” como su eslogan de campaña, y mucho menos se puede esperar de ella que salga con “un dicho” en el momento menos pensado, pero quienes la han tratado aseguran que Rosa Carolina Mejía Gómez es heredera del carisma que ha hecho de su padre, el expresidente Hipólito Mejía, probablemente el político más popular y auténtico del país.
Este carisma ha hecho que en las pocas semanas que lleva en las calles ya se hable de que Carolina ha logrado convertirse en el valor agregado que necesita la campaña presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y fuerzas aliadas.
Economista, igual que Abinader, con varios cursos y maestría en el exterior en dirección de negocios y buena experiencia laboral en el sector privado, durante el gobierno de su padre Carolina Mejía también se desempeñó como Coordinadora del Consejo Asesor del Presidente de la República Dominicana.
También como Embajadora Adscrita a la Cancillería, Encargada de Acuerdos Comerciales y Miembro del Equipo coordinador para el Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos (DR-CAFTA), e igualmente fungió como Miembro Suplente de la Junta Monetaria.
Ademas de ello, Carolina fue y ha sido una permanente colaboradora del expresidente Hipólito Mejía en asuntos de Estado, y aunque no se le conoce una militancia política a tiempo completo, su arraigo dentro de las filas del PRM, específicamente dentro de la corriente hipolitista, dan al proyecto de Abinader el elemento de unidad necesaria para colocar en condiciones de disputar el poder, así como la carga experiencia en la cosa pública de que carece su compañero de boleta, como se le echa en cara.
La serenidad y capacidad expositiva de Carolina Mejía facilita a la campaña de Abinader la conexión necesaria con la mujer y sectores dentro del mundo religioso por su conocida convicción cristiana, y no son pocos quienes comienzan a ver en ella condiciones para heredar políticamente a su padre.
Margarita Cedeño
Igual que Carolina Mejía, la vicepresidenta Margarita Cedeño le da a la campaña de Danilo la frescura femenina.
Frente a Carolina, Margarita María Cedeño Lizardo de Fernández tiene la ventaja de ser la dominicana con más tiempo ocupando posiciones de poder en el Palacio Nacional: cuatro años de subconsultora jurídica del Poder Ejecutivo, ocho años de Primera Dama y cuatro años de Vicepresidenta de la República.
Es dueña de un amplio currículum: doctora en Derecho, con grado de Cum Laude, egresada en 1987 de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Tiene una maestría magna cum laude en Derecho Empresarial y Legislación Económica, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en 1995.
Su labor como Primera Dama y el hecho de estar al frente de las políticas sociales del Gobierno, colocan a Margarita Cedeño en un contacto permanente con los diferentes estratos de la sociedad, especialmente con los más pobres, lo que en sí mismo es la principal cantera para el proselitismo que necesita el proyecto reeleccionista.
Su condición de esposa del expresidente Leonel Fernández y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) contribuye a la unidad interna de la organización oficialista, pues como bien dijo el exmandatario, su compromiso con la victoria de la causa morada más que política, es conyugal.
Sin embargo, durante la precampaña interna del PLD en 2012 Margarita Cedeño demostró coraje y determinación política, así como raíces y seguidores dentro y fuera del partido, cualidades que se preocupa en cultivar.
Repetir con Margarita Cedeño como compañera de boleta, también afianza el alto nivel de simpatía que tiene Danilo Medina dentro de las mujeres, muchas de las cuales la vislumbran como la primera mujer presidenta de la República.
Experiencia de Margarita y la fortaleza de Carolina
Si se compara la experiencia política y los conocimientos en el manejo de la cosa pública de Margarita Cedeño con los de Carolina Mejía indudablemente que el fiel de la balanza se inclina hacia la vicepresidenta de la República. No obstante, como el yudo, la fuerza y fortaleza del adversario bien puede convertirse en su propia debilidad. Margarita Cedeño tiene tras de ella años dirigiendo políticas públicas que Carolina Mejía tiene que tratar de revertir a su favor los fracasos que identifique y hacer propuestas creíbles y sustentables que
desarmen el discurso de la vicepresidenta. Ésta, igualmente, está en el deber de no dejar que Carolina Mejía ponga en entredicho sus éxitos como gerente política, y demostrar que lo que ha hecho bien se puede multiplicar en otros cuatro años como la segunda persona al frente del Estado. Aunque en lo que va de campaña, y en el tramo que resta, es poco probable que ambas midan ideas.
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