Por JOAN VARGAS
Santo Domingo.-El motoconcho se ha convertido en una alternativa ante el desempleo, pero ver un ciudadano del viejo continente ganarse la vida en este oficio, que se caracteriza por ser exclusivo de los dominicanos, resulta un poco curioso.
Dalibor Ristic es un motoconchista de nacionalidad serbia que llegó a República Dominicana hace 5 años junto a su familia, con la intención de vacacionar, decidiendo luego quedarse para experimentar nuevas experiencias, y a la vez emprender una nueva vida.
“Yo trabajaba como chofer de camión en Belgrado, mi ciudad natal, llegué a este país con una visa de turista, mi exmujer era economista para Latinoamérica y el Caribe, queríamos cambiar de vida, y decidimos quedarnos aquí”, narra el extranjero con un español totalmente aplatanado.
En sus primeros meses en el país, Ristic consiguió trabajo en un restaurante en el ensanche Miraflores.
“Luego que el restaurante cerró sus puertas quedé sin empleo, opté por trabajar de mototaxista, ya que es algo fácil y deja dinero cada día. Mi exmujer decidió regresar a Serbia con mi hijo, y quedé aquí totalmente solo y sin ayuda”, dijo. Dalibor vive en el local donde estaba el restaurante, ya que quedó bajo su cuidado.
Dice sentirse tranquilo en República Dominicana, por lo que se acogió al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
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| Dalibor Ristic lleva alrededor de 8 meses de mototaxista. |
Dalibor Ristic es un motoconchista de nacionalidad serbia que llegó a República Dominicana hace 5 años junto a su familia, con la intención de vacacionar, decidiendo luego quedarse para experimentar nuevas experiencias, y a la vez emprender una nueva vida.
“Yo trabajaba como chofer de camión en Belgrado, mi ciudad natal, llegué a este país con una visa de turista, mi exmujer era economista para Latinoamérica y el Caribe, queríamos cambiar de vida, y decidimos quedarnos aquí”, narra el extranjero con un español totalmente aplatanado.
En sus primeros meses en el país, Ristic consiguió trabajo en un restaurante en el ensanche Miraflores.
“Luego que el restaurante cerró sus puertas quedé sin empleo, opté por trabajar de mototaxista, ya que es algo fácil y deja dinero cada día. Mi exmujer decidió regresar a Serbia con mi hijo, y quedé aquí totalmente solo y sin ayuda”, dijo. Dalibor vive en el local donde estaba el restaurante, ya que quedó bajo su cuidado.
Dice sentirse tranquilo en República Dominicana, por lo que se acogió al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
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