Actualmente la competencia entre las discotecas de la Venezuela se ha concentrado en un corto perímetro. |
En los negocios concentrados en un corto perímetro de la calle, tales como discotecas, bares, ‘drinks’, colmados, restaurantes, frituras y chimi, la cosa comienza a ponerse buena a partir de las 12 de la medianoche.
Después de esa hora es cuando empieza a llegar la mayor cantidad de público en busca de los servicios disponibles.
Esta industria de la diversión, que tiene como motor principal los negocios de bebida, representa el sustento para cientos de hombres y mujeres que han hecho de la noche su mejor estilo de vida para ofrecer a los clientes lo que buscan para la diversión.
Algunos de los que hacen vida en el ambiente, con temor a identificarse, aseguran que el movimiento en la Venezuela ha bajado, lo que atribuyen a diversos factores que están afectando esa industria de la diversión en la capital.
Factores que afectan
Entre esos factores mencionan el cierre de algunos centros emblemáticos del entorno, una excavación que realiza la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), que complica el tránsito y el estacionamiento en varias calles, ya que la mayoría de los negocios no ofrece a sus clientes un espacio dónde aparcar los vehículos.
Atentado a David Ortiz
A la baja que experimenta el entorno de la Venezuela se ha sumado el atentado contra David Ortiz, que una semana después ha significado un notable descenso.
“Aquí uno está halando aire, para conseguir par de pesos tengo que irme a las seis de la mañana”, cuenta un parqueador de carros. El hombre, que tiene 12 años “buscándosela” en la Venezuela, relató que antes eso era lo máximo, pero que ahora la cosa está lenta.
Señala que luego del caso David Ortiz son frecuentes los operativos de la Policía, lo que también ha alejado a los clientes. En esto coinciden colmaderos, parqueadores, vendedores de alimentos, limpia cristales y limpiabotas, quienes han visto afectado su día a día.
Otro nivel
Aunque mucha gente que aparentemente solo ha escuchado hablar de la Venezuela relaciona el ambiente con “el bajo mundo” o con lo común del barrio, lo cierto es que están distantes de lo que es realmente ese entorno, debido a que la mayoría de discotecas, bares y restaurantes no son para el que quiere, sino para quien puede.
Y es que este ambiente se da el lujo de tener discotecas de las más costosas y lujosas del país, las cuales tienen un concepto enfocado en la parte de mayor nivel del público que consume ese ambiente.
Quienes visitan las discotecas de la Venezuela, en el ensanche Ozama, del municipio Santo Domingo Este, es porque están dispuestos a pagar de doscientos a trecientos pesos por una cerveza pequeña, posiblemente lo más económico que podrá encontrar, precios muy diferentes, incluso, a los de otros centros de diversión de la capital, donde lo más caro que venden esa bebida es 150 pesos.
Y hasta un cigarrillo, que regularmente cuesta diez pesos, en los entornos de las discotecas vale el doble.
La mayor parte de estos centros de diversión son cerrados, y los pocos que hay con terrazas abiertas son los que también ofertan alimentos.
Discotecas cerradas
Negocios muy reconocidos en la zona han desaparecido, mientras que han surgido otros nombres acompañados de rediseños en los mismos espacios. Actualmente está cerrada La Barrica, uno de los centros más populares del entorno.
La disco Energy también está cerrada, Makumba, que llegó a expandirse a diferentes municipio de Santo Domingo, ya no existe en la Venezuela, y en su lugar funciona una iglesia.
El popular colmado AA pasó a ser una tienda de computadoras. Una serie de discotecas cerradas han disminuido el perímetro de la diversión en la Venezuela, situación agravada tras el caso de David Ortiz.
Por: José Miguel de la Rosa
jdelarosa@eldia.com.do
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