El 11 de septiembre de 2018, el biólogo marino Omar Shamir Reynoso, de la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar) colocaría el primer GPS a una tortuga verde en la playa de Manresa de Santo Domingo.
Salió de Manresa el 12 de octubre de 2018, y llegó once días más tarde al archipiélago Los Roque, al norte de Caracas.
La distancia lineal entre Santo Domingo y Los Roque es de aproximadamente 800 kilómetros.
Con esta data y otras observaciones se ha podido determinar las grandes distancias que pueden recorrer las tortugas marinas.
El biólogo Reynoso, que asistió al marcado de Jaira en 2013, no puede ocultar la emoción de documentar por primera vez el regreso a Santo Domingo de una tortuga marina de las tres especies que se monitorean.
Esto no sería posible sin la valiosa colaboración de pescadores del Malecón que se encargan de monitorear los anidamientos para el Ministerio de Medio Ambiente.
Ramón Antonio López (Pinpín), es uno de ellos, y pasará a la historia como el primero en confirmar el regreso de una tortuga anidante a Santo Domingo.
Jaira fue fotografiada por Pinpín el pasado viernes 13 de septiembre por la noche en Güibia.
Pinpín dice sentirse orgulloso de poder colaborar en la protección de las tortugas marinas.
Para Omar Shamir, esta confirmación es un hito en la protección de tortugas marinas en peligro de extinción, destacando la importancia y el éxito del programa de monitoreo en el país.
Jaira lleva dos anidamientos esta temporada. En el primero depositó 96 huevos y en el segundo 106. Ambos nidos fueron removidos por seguridad, para ser incubados en el Acuario Nacional.
Sobre las tortugas verdes:
La tortuga verde (Chelonia mydas) es una gran tortuga marina que pertenece a la familia de los quelónidos (Chelonioidea). La especie se distribuye por los mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo, con dos poblaciones distintas en los océanos Atlántico y Pacífico. Son verdes debido a la grasa que tienen debajo de su caparazón.
Al igual que otras tortugas marinas, las tortugas verdes anidan en la misma playa donde nacieron y se estima que de cada mil tortugas nacidas, solo una puede que llegue a la vida adulta reproductiva.
Como especie reconocida en peligro de extinción por la UICN y la CITES, su explotación está protegida en casi todos los países del mundo. Es ilegal capturar, dañar o matar tortugas de este tipo. Adicionalmente, algunos países han implementado varias leyes para proteger a las tortugas y sus sitios de anidación dentro de su jurisdicción. Sin embargo, la población de tortugas aún está en peligro de extinción debido a algunas prácticas humanas. En algunos países, las tortugas son aún cazadas por su carne y sus huevos son recolectados de los nidos para ser comidos. La contaminación daña también indirectamente a las poblaciones de tortugas. Muchas quedan atrapadas en las redes de pesca y mueren ahogadas. Finalmente, las tortugas pierden su hábitat debido a la expansión de los asentamientos humana. Esta ha sido una importante causa en la pérdida de los sitios de anidación de la tortuga verde.
Por: Marvin del Cid
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