Doroteo Antonio Tapia |
No fue un dominicano del montón. Fue un hombre que se ocupó de respaldar las luchas por la independencia y de mejorar las condiciones de vida de las comunidades en que le tocó vivir.
En el libro “Doroteo Antonio Tapia Calderón”, el historiador Rafael Darío Herrera aporta valiosos datos sobre la biografía del criollo, quien formó parte de una familia de patriotas cibaeños, que tuvieron una participación señera en las guerras de la independencia nacional y de Restauración.
Recordó que en febrero de 1861, junto a su padre Pedro Tapia y a sus parientes Florencio y Basilio Tapia, Doroteo participó en el golpe contra la anexión a España y en septiembre de 1863 firmó el acta de independencia del país junto a un numeroso grupo de combatientes de la región Norte.
“Don Doroteo fue miembro de una generación de ilustres cibaeños quienes no solo sobresalieron como personalidades civilistas sino también por su contribución al progreso como Gregorio Riva (1833-1889), Casimiro N. de Moya y Portes (1849-1915), Pedro Francisco Bonó (1824-1906), Ulises Francisco Espaillat (1823-1878), Francisco Antonio Gómez y Moya (1852-1906), Lorenzo Perelló y otros que ostentaban idénticos méritos”, escribió el investigador.
Afirmó que Don Doroteo nunca fue un hombre de armas y que detestaba el militarismo. Agregó que, por ende, su participación en la gesta bélica del 1863 se circunscribió a la recolección de recursos materiales, a la confección de armas, así como a la organización de los diferentes contingentes de lucha.
“A pesar de que Doroteo carecía de formación académica, como era habitual en esa época por la inexistencia de un sistema educativo nacional, se tienen evidencias de que poseía un elevado nivel cultural, facilidad de expresión” y una espontánea oratoria, agregó.
Herrera acotó que Doroteo A. Tapia se desarrolló en un entorno social y político caracterizado por el predominio del despotismo, las crisis económicas, los sempiternos enfrentamientos entre los caudillos, el militarismo y la crisis política.
De acuerdo a Herrera, el nacimiento de don Doroteo aconteció en Santiago de los Caballeros el 13 de octubre de 1844. Fue hijo del prócer santiagués Pedro Tapia y de Teresa Calderón.
“A los 19 año, el primero de agosto de 1863, y pocos días antes del célebre Grito de Capotillo con el que se inició la Guerra restauradora, don Doroteo contrajo nupcias con su prima Rita Calderón (fallecida en Salcedo el 6 de abril de 1916, a los 79 años de edad), con lo cual obviaba los lazos de consanguinidad existentes entre ambos, práctica muy común a lo largo del siglo XIX y contra la cual luchó denodadamente la iglesia católica”, subrayó.
En el año siguiente del enlace nació Ana Rita Ramona, luego Pedro Ignacio. Posteriormente, vino al mundo Estanislao Francisco, quien murió asesinado. Luego, María Teresa, José Francisco, Martina Eliodora Tapia y Martina Eneida Tapia.
Don Doroteo fue padre también de Doroteo Tapia Brito (Teíto), procreado fuera del matrimonio con la señora Pía Brito.
Por Emilia Pereyra
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