¿Por qué sigue cayendo la audiencia de los Óscar?

La estatuilla sigue siendo codiciada por los actores,
pero a la audiencia cada vez le importa menos
ver en vivo a los ganadores.
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas se enfrenta a su peor momento en términos de audiencia de su preciado galardón: Los Premios Óscar. Sin duda los tiempos han cambiado y las opciones para ver los premios son múltiples, en especial por las redes sociales y las plataformas digitales.

Además de la competencia tecnológica a la que se enfrenta la transmisión televisiva de los premios, muchos críticos añaden a la mezcla el hecho de que las audiencias no se identifican con las nominaciones y los premios ¿Están los expertos muy alejados del gusto popular? ¿Los Oscar se han vueltos aburridos?

Mientras se ventilan las causas, la realidad es que este año la audiencia cayó a su nivel más bajo. Solo 23.6 millones de personas en Estados Unidos. Esta cifra podría parecer elevada, pero si la comparamos con los 55 millones de estadounidenses que en el año 1998 vieron a Billy Crystal fungir como anfitrión y a la película “Titanic” arrasar con 14 estatuillas, la cifra más alta de su historia, sin duda nos damos cuenta que el raiting ha caído astronómicamente.

Según Nielsen Company, las cifran van en baja cada año. En el 2019 la vieron 29.6 y para los Oscar de 2018, solo 26.5 millones vieron los premios. Por su parte, en la edición de 2020 se experimentó un decrecimiento de siete puntos con respecto al año previo, situándose por debajo del 14% de hogares.

Repasamos algunos de los retos a los que se enfrentan los Óscar que podrían explicar la baja:

Las redes sociales y web: Ahora se trasmite cortos de los momentos más importantes de la gala, lo que hace más fácil a los usuarios ver rápidamente los discursos y chistes de sus actores favoritos.

Extensión de la ceremonia: A las cuatro horas de premiación, hay que añadirle la hora previa de alfombra roja, lo que significa que el público estaría frente a su televisor por un poco más de cinco horas.

Inclinaciones políticas y sociales: En los últimos años los Premios Óscar han sido el escenario usado por muchas estrellas para exponer sus opiniones en temas importantes como feminismo, lucha por la igualdad de género, reivindicaciones de la comunidad LGBT, racismo, política, religión y cambio climático. El cine ha pasado a un segundo plano en la mayor parte de los discurso, por lo que se dice que los más conservadores se han alejado de la gala. La revista The Hollywood Reporter publicó un artículo en el que revela que el 66% de los votantes de Trump cambia de canal cuando empiezan los discursos reivindicativos y la mayoría de este grupo considera que la gala es ser demasiado política.

Críticos desfasados: A las nuevas generaciones es cada vez más difícil imponerles gustos. En la actualidad las películas más taquilleras son las de los superhéroes y las mismas siempre han sido renegadas en las premiaciones, reconocidas solo en la parte de efectos especiales. Por lo que si la audiencia no está identificada con las películas nominadas, difícilmente se interés por ver el galardón.

Gala aburrida: Desde hace dos años la gala se realiza sin un anfitrión oficial, debido a la poca efectividad de los últimos presentadores y a la controversia en el 2017 con el que sería el anfitrión, el comediante afroamericano Kevin Hart, por comentarios homofóbicos. Por dos años han intentado darle más agilidad con la inclusión de más figuras presentando los galardones, este año participaron 40 actores, además de agregar varios segmentos musicales, pero igual no conquistaron a la audiencia.


Por Rocío Figueroa
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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