Ese excedente de agentes libres se visualiza en que los seis equipos, luego del acuerdo con la Federación Dominicana de Peloteros Profesionales (Fenapepro), liberaron 175 jugadores, de los cuales, posiblemente, entre un 30 a 35 por ciento, no regresará a las nóminas de los seis equipos de la Lidom, es decir, que más de 100 se quedarán sin trabajo.
Si a estos se les suma que este año más de 100 no ingresaron en los equipos, debido a que por la pandemia no hubo sorteo de novatos, es evidente que en la actualidad, sin temor a equívocos más de 250 jugadores, con capacidad y el nivel para estar en los seis equipos de la pelota rentada local, están en sus casas sin trabajo. Esa cantidad de jugadores libres hace justa una expansión de equipos en la Lidom.
Por esa razón debemos de aplaudir y motivar las intenciones que muestran las ciudades de Puerto Plata, Baní y Santo Domingo Este por entrar en el torneo otoño-invernal.
Sería llover en lo mojado repetir que nosotros somos los reyes del béisbol caribeño por la cantidad de jugadores que tenemos, sin embargo, nuestro torneo es más pequeño en cantidad de equipos que los de México y Venezuela, que incluyen 10 y ocho equipos, respectivamente.
Sobresale que Puerto Plata está en un gran momento y desde allá me reportan que entre los promotores, encabezados por el empresario Sixto Peralta, existe gran entusiasmo, tanto, que consiguieron que desde el Palacio Nacional les prometieran ayudarlos con los arreglos que necesita el estadio José Briceño.
Por Juan Mercado
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