Sin azúcar, una trampa comercial

Múltiples estudios y revisiones científicas coinciden en que una ingesta elevada de azúcar tiene un impacto negativo en la salud y en la calidad de la dieta. En el 2009, la Asociación Americana del Corazón revisó la evidencia concluyendo que el aumento de la obesidad de los últimos 30 años se debía al incremento en el consumo de azúcar añadida y que esto podría estar asociado con niveles de triglicéridos elevados, un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular. (Jhonson, 2009)

A pesar de esto, no contamos con la evidencia científica suficiente para sugerir que el aumento de peso causado por exceso de azúcar tiene mayor o menor impacto, que el aumento de peso causado por otros macronutrientes (exceso de grasas o proteínas). (Erickson, 2015)

Cuando en una etiqueta nutricional leemos “sin azúcar”, ¿qué usted interpreta?

Para que tengamos algunos conceptos claros, es importante puntualizar lo siguiente:

—Revise el valor total de hidratos de carbono (carbohydrates por su nombre en inglés). El número total de hidratos de carbono incluye el azúcar, carbohidratos complejos y fibra. No se fije únicamente en el valor de azúcar, pues de hacerlo así, podría estar evitando alimentos altamente nutritivos que contienen azúcar (frutas, yogurt) y estar consumiendo más alimentos procesados que pueden ser bajos en azúcar pero altos en hidratos de carbono.

— “Sin azúcar” no significa “sin hidratos de carbono”. Si padece de diabetes, probablemente se encuentre buscando galletas sin azúcar, dulces sin azúcar y muchos otros productos similares. Pero los hidratos de carbono son igualmente importantes en el control de la diabetes. Si un producto dice “sin azúcar” debe suponer que el contenido de azúcar es inferior a 0.5 gramos, pero si el valor en hidratos de carbono es igual a un producto regular, entonces tendrá el mismo impacto en elevar su glicemia (azúcar en sangre). 

—No confunda “sin azúcar” con “sin azúcar añadida”. Cuando usted lea “sin azúcar añadida” se refiere a que no agregaron ingredientes altos en azúcar o edulcorantes calóricos (miel, jarabes o azúcar), pero que puede tener o tiene hidratos de carbono. Por ejemplo: las galletas tradicionalmente se elaboran a partir de harina de trigo, por lo que naturalmente tendrán un contenido en hidratos de carbono. Cuando agregamos “sin azúcar añadida” estamos excluyendo uno de sus ingredientes habituales, pero no estamos obviando la harina, que también es un hidrato de carbono, y por tanto, tiene un impacto en la glicemia en pacientes con diabetes o sin la enfermedad.

Es un hecho que debemos preocuparnos por limitar el exceso de azúcar en bebidas azucaradas, bollería, dulces y cereales refinados. Sin embargo, en esa intención de mejorar nuestra alimentación, debemos instruirnos adecuadamente sobre la interpretación de los productos que nos ofrecen, pues el mercado se esfuerza diariamente en estrategias comerciales que no siempre van acorde con nuestras necesidades. 


Por Erika Pérez Lara

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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