A la lista de quienes han conseguido ese logro ahora se suma el dominicano Luis Alberto Rodríguez (@luisalbertorodriguezstudio). El artista tuvo a su cargo la fotografía de la cubierta de la edición de agosto de Vogue Francia, convirtiéndose en el primer criollo en hacer una portada para la publicación de moda.
Luis Alberto empezó a trabajar con Vogue en 2020, luego de que se pusieran en contacto con él para hacerle una sesión fotográfica a la modelo Precious Lee, una de las más cotizadas en las pasarelas internacionales. Después de ahí, se mantuvo colaborando de forma esporádica con la revista hasta que le llegó la gran oportunidad.
“Vogue es que nos contacta (al estilista y a él). Ya la revista nos había ofrecido otras buenas oportunidades para trabajar con ellos, pero por una u otra razón no se dieron. Creo que para el tema del mes pensaron en nosotros y se dio”, cuenta Luis Alberto a Diario Libre.
La portada es protagonizada por dos modelos de ascendencia africana que representan la diversidad a la que apuesta la industria hoy en día. De hecho, es la primera vez que dos mujeres de color posan para la cubierta de la edición francesa de la prestigiosa revista y que aparece un ‘hiyab’ (velo que usan las musulmanas para cubrir su cabeza).
“Para mí fue algo muy espiritual y mágico. Yo quería que en la foto se reflejara esa hermandad y apoyo que tanto hace falta en la actualidad”, comenta. El fotógrafo añade que quería captar con su cámara la belleza negra con la que muchas mujeres pueden sentirse representadas.
“Me siento muy afortunado de poder dar visibilidad a esas mujeres que quizá no son las que están al frente y en el centro, pero que de alguna manera nos representan a todas las personas de color”, expresa. A su consideración, el hecho de que la portada pertenezca a la edición francesa le da aún más valor, ya que se trata de un país donde la raza todavía es un tema tabú.
Una oportunidad que no esperaba
Lo curioso de todo es que Luis Alberto nunca soñó con ver su nombre en una revista de moda y mucho menos una de la talla de Vogue. “Yo fui bailarín profesional por mucho tiempo y no tenía nada que ver con la moda, así que no puedo decir que siempre soñé con esto”, aclara. Sin embargo, poco a poco fue incursionando en la fotografía en la que encontró una nueva pasión.
Para él, la fotografía es un arte a través de la cual puede dar visibilidad a la diversidad. “La moda ha cambiado y eso se evidencia con las modelos dominicanas, que han roto estereotipos”. Dice sentirse orgulloso de ser el primer dominicano en hacer una portada para Vogue y espera que su logro sirva de motivación para otros.
Por Laura Ortiz Güichardo
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